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Entrevista

Teresa de la Pisa: «Mi familiar Blas de Lezo me mandaría a limpiar la cubierta del barco»

La artista más divertida y estilosa del panorama nacional detalla sus proyectos y cómo le afectan los aranceles de Trump

Teresa de la Pisa Cedida

Pemán definió a Lola Flores como un «torbellino de colores». En 2025 esa definición la podríamos aplicar a Teresa de la Pisa, una artista multidisciplinar cuyo trabajo ha conquistado al estilo de su antepasado, Blas de Lezo, Nueva York, Venecia o Luxemburgo. Hace unas semanas, además, era una de las artistas seleccionadas para la exposición «Balenciaga. Shoes From Spain Tribute», que homenajea al genio vasco en una de las capitales de la moda, Milán.

¿Impone un proyecto como este o es de las que se lanza y ya pensará luego las consecuencias?

Todos los proyectos me interesan y sobre todo este tributo a Balenciaga. Fue maravillosa la experiencia de colaborar con tanta gente buena, profesionalmente hablando, del mundo de la moda.

Ha heredado de sus abuelas, tías y madre una colección de Cristóbal Balenciaga. ¿Se llega a ver como algo normal?

Es una suerte haber tenido una familia con tan buen gusto y, sobre todo, que guardaran muchas piezas especiales que yo utilizo mucho. De pequeña me perdía por esos armarios, aunque con esa edad no tenía idea de qué firmas eran. Me atraían las telas por su riqueza, los cortes de los vestidos y abrigos... ¡Y no sólo de Balenciaga! También de Pedro Rodríguez, Loewe, Hermès, Miguel Rueda. Me casé con el vestido de Pertegaz de mi tía Isabel y luego en México con unas enaguas de encaje de la madre de mi bisabuela. Lo que más me fascinaba era el cuarto de la costura con sus armarios ordenados. Todo eso me inspiró. Jugaba a que era mi mercería y despachaba a mis clientas. Me lo pasaba genial. Guardo mucho material de entonces, como los uniformes del servicio, que me parecen una maravilla. Me los pongo para hacer jardinería y cocinar.

Ha experimentado lo que es llevar una pieza del maestro de la alta costura: ¿de verdad se nota la diferencia?

Me fascina autointerpretarme y autoproducirme. Me divierte realmente, no tengo pereza. En aquella época las telas eran duras y picaban por los hilos de crin de caballo con los que confeccionaban, los corsés internos –que te dejan el cuerpo todo marcado–, ese patronaje que te obliga a no perder la postura… pero a mí todo eso me divierte, aunque cuando llego a casa me los quito con gusto. Para mucha gente arreglarse es un sufrimiento. ¡Para mí no! Por otro lado, considero que me conecta con mis raíces y me hace recordar a mis abuelas, tías y madre con mucho cariño.

Hablando de raíces, está vinculada familiarmente con otro grande de nuestro país, Blas de Lezo. Si levantara la cabeza, ¿cree que aprobaría sus diseños o le mandaría a limpiar la cubierta del barco?

Me mandaría a limpiar la cubierta del barco. En mi familia, como buenos vascos, no son de muchos piropos ni tampoco de realzar los logros. Nos hicieron ser muy luchadores, disciplinados y fuertes. Y se lo agradezco mucho porque la vida es fuerte y se necesita energía y mucha educación.

¿Se considera realmente la rara avis de la familia?

Espero que no, aunque no me importa. Tengo las cosas muy claras. Y viendo los armarios de mis abuelas creo que eran, claramente, de mi estilo.

¿Cuál es el objeto más excéntrico que tiene en casa?

Unas ovejas que voy paseando por toda la casa. Las voy cambiando de lugar.

¿Es necesario darle muchas vueltas al significado del arte?

Creo que le damos mucha seriedad y el arte está en todas partes. Yo me dejo llevar por lo que captan mis sentidos y disfruto de la adrenalina que me aporta.

¿Formato grande o pequeño?

Todo depende del espacio y de la funcionalidad que se le quiera dar. Por eso me gusta tanto la artesanía, porque tiene ese secreto, abarca todas las dimensiones y puedes fácilmente jugar con ellas.

Colabora con Santiago del Palacio o María Elena Villamil, ¿le pica el gusanillo de la moda?

Soy polifacética y me interesa el hilo conductor en torno al diseño, moda y belleza. Considero que está todo realmente ligado y entre ellos se alimentan unos de otros. Me encanta estar entre ambos mundos, todo me inspira y me ayuda a crear.

En la fotografía del Banco de España, la Reina Doña Letizia viste de Balenciaga. Si le hubieran pedido uno de sus vestidos, ¿cuál le habría dejado?

Tengo un conjunto de Hermès con inspiración oriental que creo que le sentaría fabuloso. Doña Letizia es tan guapa y estilosa que todo le queda muy bien.

¿Se paró el mundo cuando la llamaron de Nueva York?

Cuando me contactó el grupo Neiman Marcus para Bergdorf Goodman fue una señal de ir por buen camino y que mi estilo funcionaba en el mercado. Me hizo enfocarme en mejorar mi productividad para darles un mejor servicio y producto. Y mirando para atrás, les debo mucho porque sus pautas a la hora de trabajar me enseñaron a hacer bien las cosas. No es difícil que te contacten, lo que es difícil es mantenerse en el mercado.

¿Al arte también le afectan los aranceles de Donald Trump?

Ya me están afectando, pero qué se le va hacer. Ya nos reinventaremos en nuevos mercados.