Cábalas navideñas

L a tradición de Nochevieja y Año Nuevo, cambia de fechas y de manera de celebrarla de acuerdo a las diferentes culturas. Es, probablemente, la celebración más antigua de la humanidad que empezó hace 4.000 mil años con los babilonios. Este año, según las creencias mayas, entramos en un nuevo ciclo que comenzó el pasado 21 de diciembre, por ello este año es especial, ya que a esto cabe unir que 2013 es un número particular que esperemos rompa con la superstición del número trece.

Las tradiciones están para cumplirlas y las supersticiones para sacarlas a relucir en momentos especiales. Hay cábalas para todos, y llegadas las 12 de la noche, muy pocos se resisten a saltar con el pie derecho o se ponen a subir y bajar escaleras como locos. Todo sea por que las cosas vayan mejor. Las más comunes son: la tradición de las 12 uvas, idealmente seis verdes y seis moradas, para que los anhelos y aspiraciones se hagan realidad; sentarse y volverse a levantar con cada una de las doce campanadas para atraer el matrimonio; recibir el Año Nuevo con dinero dentro de los zapatos, trae prosperidad económica; para tener mucha ropa nueva la noche del 31 debes usar la ropa interior al revés; poner un anillo de oro en la copa de champán con la que se hará el brindis, así te asegurarás que no falte el dinero; sacar las maletas a la puerta de la casa para tener muchos viajes el año que comienza; o repartir espigas de trigo, símbolo de la abundancia.

Sea como sea, lo que siempre debe imperar es la esperanza para que cada año sea mejor. Esperemos que así ocurra. Desde esta columna que cada sábado me acerca a vosotros os deseo todo lo mejor para este 2013, dejando atrás todo lo negativo.

Lo más «in»

Qué: todas las supersticiones y los escepticismos propios de la Navidad para conseguir una Nochevieja y, sobretodo, un año nuevo cargado de positivismo y buenas noticias.

Además: trucos para hacer de la noche más larga del año, 31 de diciembre, una fiesta divertida y original con familiares amigos. ¡No olvidéis introducir oro amarillo, como el de esta sortija «Solitaire 1895» de Cartier, en la copa de champán antes del brindis!