Arte, Cultura y Espectáculos
Teresa Rabal, con el circo cerrado
Aunque tenía que haber abierto el martes, están a la espera de que el Ayuntamiento de Madrid les de la licencia de funcionamiento. «Hemos perdido unos 30.000 euros al día», asegura la artista
Lleva varias noches sin dormir. No lo acaba de entender. Ni Teresa Rabal ni su esposo y compañero de fatigas, Eduardo. Tampoco los 70 trabajadores de su circo. Una tarde más, devolviendo entradas, dando explicaciones en la taquilla de por qué los niños y sus padres se quedan sin espectáculo. Lo cierto es que la artista tenía previsto abrirlo el 4 de diciembre. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid no ha dado su visto bueno. «La culpa no es mía. No somos delincuentes. Soy una persona legal y nunca me han tenido que poner la cara colorada por cualquier falta de seguridad», se defiende la cantantes. En total, calculan una media de pérdidas diarias entre 20.000 y 30.000 euros, teniendo en cuenta que de ella depende un equipo de 70 empleados.
Desde el Consistorio aseguran que «no hay ningún problema» con el circo de Teresa Rabal y que podrá abrir sus puertas «en cuanto tenga la licencia de funcionamiento». Según los plazos administrativos del consistorio, después de obtener la licencia de actividad, que les permite montar la infraestructura necesaria, en dos o tres días se les da la licencia de funcionamiento. Sin embargo, este plazo se ha dilatado debido a los días festivos del puente de la Constitución y puesto que recibieron el permiso para comenzar a montar a última hora de la tarde el pasado martes, la licencia para abrir al público el espectáculo probablemente no llegará hasta el próximo lunes. Además, desde el consistorio precisaron que, según los datos que tienen, el circo ha presentado ante la Comunidad de Madrid su plan eléctrico y, una vez que obtengan la aprobación del mismo, se les otorgará la luz verde definitiva.
Licencia en breve
Con todo, fuentes municipales señalaron a LA RAZÓN que el único conflicto con Teresa Rabal deriva de la intención de ésta de comenzar el montaje antes de obtener la correspondiente licencia de actividad. «Si no tiene la licencia de funcionamiento se la darán en breve, no hay ningún problema con el circo, tan sólo que querían montar antes de tener el permiso municipal», aseguraron.
Lo cierto es que la sombra de la tragedia del Madrid Arena planea ahora sobre el parque de la Bombilla, lugar donde el circo de Teresa tiene previsto permanecer hasta el 27 de enero. Pero, hasta el momento, está cerrado. Según relata Rabal a LA RAZÓN, el pasado 5 de junio presentaron la primera instancia solicitando la instalación de su espectáculo en Madrid desde el pasado martes. En las tres décadas que han levantado su carpa por todas las ciudades del país –con la capital a la cabeza– nunca habían tenido problema alguno. Ni con las diferentes administraciones locales y regionales. Tampoco con los espectadores. «Tan sólo una señora se rompió un pantalón», bromea Eduardo. Pero desde hace unas semanas todo ha cambiado. Hasta entonces, nada hacía prever que tendrían que aplazar el estreno de su nuevo espectáculo. Pero algo empezaron a sospechar cuando les retrasaban el permiso correspondiente para que los camiones pudieran acceder al recinto adjudicado para levantar la carpa.
«Nos han pedido papeles y materiales verdaderamente surrealistas, que nunca antes habían solicitado», explica el esposo de Teresa Rabal, que subraya «que nosotros en el circo no hacemos botellón ni podemos duplicar el aforo. Sólo tenemos refrescos y familias que tienen asignados sus asientos como en el teatro». ¿Un ejemplo? El boletín del grupo electrógeno aprobado por el Ministerio de Industria, cuyo encargado de realizar dicha labor se encuentra de vacaciones hasta el lunes. Incluso, desde el Ayuntamiento, han llegado a pedir la presencia del arquitecto de la carpa durante todo el tiempo que dure el espectáculo en la capital.
Saldar todos los gastos
«Llevamos varios días como un peón de un lado para otro», reitera Teresa que cuenta con el informe favorable de seguridad –que avala la realización del espectáculo y el recinto donde se celebra–. También pasaron sin ningún problema la correspondiente inspección de Sanidad así como el examen de los bomberos. Y eso, que, según relatan, tan sólo tuvieron un margen de seis horas para montar sus instalaciones.
Espera poder abrir las puertas de su circo la próxima semana, consiguiendo así, además de cumplir con las ilusiones de cientos de niños, saldar todos los gastos acarreados por su difícil situación. No podemos olvidarnos que todos los componentes de este «show» visual y físico siguen cobrando sus salarios, además de los pagos sucesivos de alquiler del terreno, alquiler de los aseos portátiles homologados, publicidad, la inversión de 3.000 euros en un pararrayos que le solicitaron instalar hace un mes...
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