Miami

«Michelle Obama me cambió la vida», dice su modista cubana

Una modelo, durante el desfile de la colección Isabel Toledo
Una modelo, durante el desfile de la colección Isabel Toledolarazon

De los desfiles del ya acreditado 080 barcelonés conviene sacar enseñanzas. Se lo recomiendo a los oficialistas Cuca Solana, Fermín Lucas y Álvarez del Manzano, firmes donde les pusieron. Vale la pena mientras la del antiguo Cibeles sólo es historia, mejor no «menealla». Las diferencias no las marcan aburridas prendas siempre en la misma tendencia, porque es cierto que no nos afanamos mucho a la hora de crear: Mango ofreció una moda cómoda con predominio de los tonos claros. Custo –otro que fue emblemático y anda ahogado económicamente–, sus típicos destellos horteras que contrastan en claroscuros, y Desigual, que conforma ese singular tripartito, y que se inspiró en la China ancestral en sus elaborados estampados exóticos que tanto ciñen las siluetas femeninas en trajes muy ponibles generalmente sin mangas. Van a medio muslo y eso aumenta lo «sexy». Tienen un largo por el mejor camino y seguro que resaltarán en la inminente pasarela neoyorquina que empieza el jueves próximo. Esto es un no parar y Barcelona todavía paladea las propuestas de Isabel Toledo tan bien dibujadas por su marido Rubén. Ejemplo de emigrantes cubanos, han llegado a la Casa Blanca para vestir a la primera dama –allí sí lo son; Francia y Hollande son ejemplos a no seguir por despistante– desde su tallercito modesto donde el padre de Isabel hacía los patrones y ella cosía y cosía: «Porque yo no sé dibujar y tengo que explicarle lo que quiero a mi marido», ejemplo de entendimiento y compenetración: llevan juntos treinta años «tras conocernos en primera enseñanza». «Para el acto de toma de posesión presidencial, hicieron una selección de nombres. Yo estaba entre ellos. Mandamos el modelo por correo electrónico y nos fuimos a Miami, con mi familia. La sorpresa fue que nos encargaron varios trajes, el verde limón –para el que no encontraba tela– lo diseñé tras tener la idea, que incluía abrigo y rebeca, ¿aquí también la llamáis así? Creíamos que Michelle se pondría el blanquinegro porque era menos llamativo y nos sorprendió dejándolo y estrenándolo en una visita a la reina de Inglaterra en Buckingham Palace. Ella sabe muy bien lo que quiere, es inteligentísima y siempre lo demuestra. Conocerla nos cambió la vida, ya nada es lo que fue y arreciaron los pedidos importantes porque todos quieren emularla. Es tan emblemática y querida como el señor Obama. ¡Quién podría imaginarlo de nosotros, emigrantes cubanos, símbolo de lo latino! Nos hemos transformado en algo emblemático, América lo permite todo. Siempre había admirado la moda europea...», explica Isabel. ¿St. Laurent, Valentino, Ferra o Versace?, le pregunto. «No, me encanta la aparente sencillez de Alaia. Conozco desde niña a Narciso Rodríguez, ahora entre "los grandes"». Pues aquí lo pasó muy mal en su etapa para Loewe. No entendían lo que creaba y actualmente su perfume está entre los más vendidos del mundo, como los carísimos de Tom Ford o el primero que Puig creó para Prada, la informo tras establecer un buen rollo. Hablamos de Cuba, que dejó con siete años. Cita al musical «After Midnight» para el que este matrimonio creó vestuario y homenajes al mítico Cotton Club; revestir pieles oscuras no es nada nuevo. También hablamos de amigos y admiraciones comunes como Pedro Barrios, tan fiel a Bloomingdale's, o del Miami acubanado y relumbrante como lo es esta Barcelona nada intranquila por lo que se avecina. Igual que en el cuento de «¡Que viene el lobo», todo quedará en amenaza y más trinque. O en tal confían.