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El ocaso de Micky Molina: hasta cuatro años de cárcel

El actor atropelló a una menor el pasado miércoles cuando salía de un aparcamiento en Ibiza. Según la Policía local, triplicó la tasa de alcoholemia permitida.

Micky Molina hace 11 años, en la presentación de la obra de teatro «Tío Bob», irreconocible si se le compara con su aspecto actual
Micky Molina hace 11 años, en la presentación de la obra de teatro «Tío Bob», irreconocible si se le compara con su aspecto actuallarazon

El actor atropelló a la menor el pasado miércoles cuando salía de un aparcamiento en Ibiza. Según la Policía local, triplicó la tasa de alcoholemia permitida.

«Estoy muy muy afectado y lo lamento muchísimo. Lo único que me preocupa es que a la niña no le ha pasado nada y solo tenga rasguños. Yo asumo las consecuencias de lo ocurrido, por supuesto. Estoy hundido». Así reaccionaba Miguel Ángel Molina Tejedor (55, Madrid) pocos minutos después de conocerse que había sido el autor de un atropello en Ibiza en el que había resultado herida una menor de 9 años. El actor, que todavía se encontraba en la isla pitiusa el pasado viernes, se mostraba muy afectado tras descolgar el teléfono para el programa matinal «Espejo Público» (Antena 3). Con pocas ganas de hablar pero muy firme, confesaba a nuestros compañeros: «Me he preocupado por el estado de la pequeña y he llamado al hospital. Espero poder charlar con la madre en las próximas horas». Al preguntarle sobre su versión de los hechos, el ex marido de Lydia Bosch se limitó a constatar que «salía del restaurante y había comido y bebido algo de vino». Ante la insistencia del programa y con tono más alicaído, les aseguró que «cuando sucedió el accidente no estaba borracho». Apesadumbrado y nervioso, Micky concluía la comunicación: «Estoy deseando irme de Ibiza porque estoy muy conmocionado con esto, no me siento con fuerzas de hablar más, la verdad». El accidente en el que se vio implicado el intérprete se produjo sobres las 14:15 horas en el aparcamiento del restaurante Cas Pagès, en San Carles, al oeste de Ibiza, cuando la familia de la pequeña, que iba acompañada de sus abuelos, de 84 y 80 años, y de su madre, de 49, se bajaban del vehículo tras haberlo estacionado. En ese mismo instante, al salir del turismo, el coche conducido por el afamado actor «se ha puesto en marcha a toda velocidad», según testigos del momento a los que tuvo acceso el diario «Las Provincias». Estos mismos testigos relataron que la niña quedó entre los dos coches, fue golpeada por el Jeep en las piernas y cayó al suelo magullándose las rodillas. «Ha habido un ángel de la guarda», ha sido la primera y hasta ahora única reacción de la familia, de origen valenciano, tras conocer que no sufrió ninguna factura. Tras embestir a la menor, el todoterreno de Micky habría golpeado también el coche de esta familia en su intento de salir hacia la carretera. Inmediatamente, la niña fue trasladada al hospital de Can Misses por una ambulancia que se personó en el lugar del siniestro, acompañada por la Policía Local.

Penas de 1 a 4 años de prisión

Los agentes realizaron a Molina dos pruebas de alcoholemia, dando ambas un resultado positivo. En la primera de ellas, la muestra concluyó un grado de alcohol en sangre de 0,91 mg/l. Diez segundos más tarde, el resultado del análisis concluía en 0,77 mg/l, lo que le convierte en una sanción administrativa de tipo penal. Las personas que se encontraban entonces en dicho aparcamiento han confesado además que el también ex novio de Ana Obregón «estaba súper apurado y pedía que no llamaran a la Policía». Teniendo en cuenta que la tasa de alcohol permitida es de 0,25 mg/l, al actor se le denunció por un delito contra la seguridad vial y se inmovilizó su vehículo, aunque no se le detuvo. ¿A qué penas podría enfrentarse ahora el sexto de los ocho hijos del cantante Antonio Molina? Puestos al habla con el letrado Luis Romero, que representó a la familia Parra en el accidente de Ortega Cano cuándo éste conducía bajo los efectos del alcohol, afirma a LA RAZÓN: «El señor Molina se enfrenta a dos delitos: uno contra la seguridad del tráfico y otro de lesiones por imprudencia, con penas que oscilan entre 1 y 4 años de prisión. Además, se le podría retirar el carné de conducir entre 3 y 6 años». Romero añade: «A esto hay que sumar la multa y la indemnización. Con este tipo de accidentes, el seguro del coche del actor deja de tener cobertura y será el señor Molina el que, si es declarado culpable, se haga cargo de todos los gastos médicos, la rehabilitación y, Dios no lo quiera, las posibles secuelas físicas o psíquicas que le queden a la pequeña. De hecho, aunque la familia de la niña no quisiera denunciar, la causa contra él seguiría adelante porque es un delito público».

Otros accidentes

Ésta no es la primera vez que el actor de «Ana y los siete» se ve envuelto un altercado al volante en pleno verano y en Ibiza. En agosto 2004, el actor fue imputado por causar daños al automóvil de un ciudadano británico, valorados en más de 2.500 euros, tras un accidente en la avenida Sant Josep de Antoni. Micky, entonces, también acusó al otro conductor de haber intentado matarle clavándole varias ocasiones un objeto punzante y le reclamaba 300.000 euros de indemnización. Molina es padre de cuatro hijos: Andrea (27), también actriz y fruto de su relación con Lydia Bosch, Clara y Adrián, a los que tuvo con la modelo Kirsa van Pallandt, y Antonio, nacido de su romance con la islandesa Katrin Olafsdöttir. Hace solo diez días, el artista confirmaba al «Diario de Ibiza» que había terminado de rodar su ópera prima, «Un tiempo precioso», en la que ejerce de director, productor y guionista. En dicha entrevista, el actor desvelaba que su película «aborda desde un punto de vista distinto el alzhéimer, a partir de una enfermedad tan terrible se cuenta una historia de amor y reconciliación muy potente». En este filme, Molina rinde además un homenaje a su progenitor, incluyendo en la banda sonora temas como «Caminito del olvido» y «Remordimiento». Entre sus planes estaba estrenar «entre septiembre y octubre». Pero todo esto fue antes de salir de ese restaurante ibicenco, tomar vino y ponerse al volante de su Jeep.