Nueva York
Naomi Campbell dice NO al racismo en la moda
Acabar convirtiéndose en una deidad sobre la Tierra tiene muchas ventajas, entre ellas, la de poder eximirse de algunas tediosas responsabilidades. Pero si dentro de ese Olimpo terráqueo, a una la catalogan como «diosa de ébano», hay batallas en las que es ineludible actuar con toda tu fuerza divina. Naomi Campbell lo sabe mejor que nadie y por eso saca ahora a relucir su lado más reivindicativo y denuncia que muchas de las grandes «maisons» de la moda (Calvin Klein, Chanel, Gucci, Armani e Yves Saint-Laurent, entre otras) se están transformando en una suerte de pubs exclusivos en los que se reserva el derecho de admisión y se veta la entrada a ciertas modelos. ¿El criterio de selección? Su color de piel. «Cuando comencé a desfilar en 1986 había asiáticas, negras, blancas, indias, chinas... Había mucha diversidad», recuerda Campbell en una entrevista, antes de lamentar que haya tan pocas similitudes entre aquella época y el panorama actual. «Hoy ya no es así, para mí es devastador que nos encontremos en 2013 y estemos sentados aquí hablando sobre esto. Pero lo tenemos que hacer, porque las personas necesitan saberlo», asegura la «top model». En su loable batalla para espantar los fantasmas del racismo, Campbell ha trabaja mano a mano con la supermodelo Iman Mohamed Abdulmajid y la legendaria maniquí de los 70, Bethann Hardison en la Coalición Diversidad, una organización desde la que luchan para garantizar que no se discrimine a la gente de color ni a las minorías étnicas en la pasarela.
Además de ser un escaparate de creatividad y el glamouroso termómetro en el que medir las próximas tendencias, esta combativa tríada de «tops» aspira a que las «fashion week» sean también un reflejo más fiel de la sociedad que representan. Los datos, desde luego, parecen avalar su lucha: según recoge «The Mirror», sólo el 15% de las modelos que desfilaron en la reciente Semana de la Moda de Nueva York no eran blancas. Una cifra que empeoraría sensiblemente la representatividad que se alcanzó en la «fashion week» de febrero en la que el 6% de los diseños se lucieron con modelos negras, el 9,1% con asiáticas y el 2% con latinas. Para colmo, Carole White, quien fuera agente de Campbell durante 17 años, tiró de la manta en Londres al asegurar que los diseñadores también preferían a maniquíes blancas. «Somos más exigentes con el tipo de chica negra que contratamos, porque sabemos que tienen que ser sorprendentemente hermosas y tener un cuerpo increíble», aseguró White, que está convencida de que «los clientes tienen la percepción de que las chicas negras no venden productos, lo que supone remontarse a la década de los 50. Creo que está arraigado en cada editor de revistas. Hay más productos para chicas rubias con ojos azules y todo está orientado a eso».
Para actuar contra este tipo de prácticas, la caolición ha enviado cartas a responsables gubernamentales y agentes de moda de las cuatro ciudades con las «fashion week» más influyentes (París, Milán, Nueva York y Londres) levantando el dedo acusador hacia las grandes firmas que cuentan con escasas modelos de color en sus desfiles. Marc Jacobs, Calvin Klein, Donna Karan y hasta Victoria Beckham figuran en la lista negra –valgan aquí las traiciones del lenguaje– de la Coalición Diversidad. «La elección de un modelo debe basarse únicamente en su belleza y su talento, no en el color de su piel», reivindica Campbell. El grupo de activistas quiere que las modelos negras dejen de ser una excepción en la pasarela y por eso intentan concienciar a todos los actores que intervienen en el proceso de selección de las jóvenes (desde las agencias a los diseñadores) de que contratar a una maniquí negra no soluciona el problema. «El hecho de no elegir a modelos de color es racista. No importa cuál sea la intención», explican en la carta, al final «el resultado es racismo». Consciente de que su situación es privilegiada, la «diosa de ébano» aseguró que la discriminación que sufrió a lo largo de su carrera «me hizo más fuerte», pero también quiso recordar que «no todos los jóvenes modelos de hoy en día son así y tampoco todos pueden hablar por sí mismos». Y por si acaso alguien cree que su activismo y su lucha son pasajeros, advierte: «No queremos que esto sea una tendencia, queremos que dure».
Indigestión de chocolate
Más allá de los capítulos polémicos de su biografía, lo cierto es que Naomi Campbell ha marcado varios hitos en la historia del modelaje –entre ellos, el de ser la primera modelo negra que se convirtió en portada del «Vogue» británico, en 1987– y ha alzado su voz contra el racismo en más de una ocasión. De hecho, hace un par de años protagonizó una campaña de desprestigio contra la empresa Cadbury, que utilizó como slogan publicitario para sus tabletas de chocolate la frase: «Aparta Naomi, hay una nueva diva en la ciudad». La «top», por supuesto mostró su indignación –«es hiriente y no le encuentro la gracia»– y amenazó con denunciar a la empresa. Al final, Cadbury cedió y pidió disculpas.
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