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Ojo al cambio: el independentismo es el nuevo Arca de Noé

Estafa eléctrica
Estafa eléctricaAlberto R. RoldánLa Razón

Cada vez que hago coñas con un independentista catalán (Rufián, por ejemplo) me linchan en internet con un entusiasmo digno de mejor causa. Malo es que te lapiden, pero aún es peor que lo hagan porque no han entendido nada de lo que has dicho. El fanatismo no se lleva bien con la comprensión lectora y odia el sentido del humor. Alejo Schapire, escritor argentino, dice: «Frente a los nuevos inquisidores de izquierdas, hay que hacer lo que siempre se ha hecho contra esa opresión: reírse de ellos, que es lo que más detestan». Si yo viviera en Portugal, que a veces he tenido ganas, me uniría (si todavía existen) a esos grupos que acuden a los actos de los políticos y, a modo de protesta y como mejor pancarta, se ríen a carcajadas. Solo eso: reírse de lo que dicen. Una práctica digna de Diógenes el Cínico que nadie promoverá aquí, qué pena. Además, no parece que Buenafuente y Broncano estén muy dispuestos a hacer chanzas con las cosas de Sánchez o Irene Montero. Jordi Cuixart ha dicho: «Volveremos a hacerlo porque queremos salvar a la humanidad». Frase digna de risas enlatadas, como en «Friends». Si añadiera «¿saben aquel que diu?» podría presentarse como digno sucesor de Eugenio.

La metamorfosis del independentismo en Arca de Noé es todo un hito que dará nuevo sentido a la Mesa de Diálogo. Mis dudas: ¿cómo y a quién seleccionarán? ¿Una pareja de cada uno de los Països Catalans? ¿A los que agiten un trapo amarillo en el Prat? ¿Tendrán preferencia los partidos independentistas? ¿Se llevarán también a los del PSC? Más: ¿quién les ha avisado de la llegada del Diluvio Universal? ¿Messi (después de mí el diluvio) o Rufián en su versión de lengua de fuego del Espíritu Santo, que le encanta? ¿Se han tomado las lluvias de la Dana como un aviso divino? Quizá los únicos que no tendrán sitio en el Arca serán los negacionistas del cambio climático y las parejas de guardias civiles, claro. Noé envió una paloma para ver cómo estaba la cosa por ahí fuera. Volvió con una ramita de olivo en el pico, y así se supo que escampaba. A lo mejor la paloma de Cuixart vuelve con un mensaje de Putin para Puigdemont.