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Atención: Irene Montero podría solicitar la evacuación de las españolas

¿Es el enemigo? Que se ponga Irene Montero
¿Es el enemigo? Que se ponga Irene MonteroDavid JarLa Razon

Son los inconvenientes de hacerse viejo. Como salgo poco por culpa de las sucesivas olas pandémicas (¿vamos por la quinta o la sexta?) y el acojone que me producen noticias como que las vacunas ya no son tan eficaces ante las mutaciones del bicho; como soy ajeno a botellones y fiestas, la verdad, le grito al televisor, es que tengo la triste impresión de que no me entero de casi nada de lo que pasa en la calle. He degenerado de ágil reportero a vicioso de sofá. Menos mal que ahí está, como un faro en medio de la noche y la tormenta, la inefableIrene Montero, que va y dice: «Afganistán también pasa en España, con una tasa intolerable de violencia machista». Y yo que pensaba por lo que veo en la tele, ingenuo de mí, que lo más cercano a la lapidación que teníamos por aquí era el apedreamiento que practican los mozos y mozas del País Vasco y Cataluña a sus policías en las noches de juerga y frenesí, para luego saquear comercios y otras fruslerías tan divertidas. Recuerdo aquello que dijo Pasolini (expulsado del PCI por homosexual) para desencanto de sus camaradas al contemplar el paisaje del Mayo Francés: «Cuando pelean con los policías, yo simpatizo con los policías». ¿Por qué? «Son los hijos de los pobres». Y aclaró más: «Son los únicos trabajadores que veo por aquí». Irene, guía indispensable, nos alerta de que estamos cerca de impedir el acceso de las mujeres a la educación, prohibirles conducir un coche o salir de casa sin compañía de un familiar varón. Vivimos a punto de sharía y yo babeando. No he visto aún mujeres corriendo con sus hijos al aeropuerto de Barajas ni lapidaciones por adulterio, pero la Montero parece que sí. Imagino que la ministra solicitará de un momento a otro el apoyo de ACNUR para la evacuación de las mujeres españolas a países menos machistas, Canadá o Mónaco. Bueno, Mónaco habrá que descartarlo: no caben.Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, ha respondido a la ministra: «En el actual Gobierno talibán el puesto de ministra de Igualdad está vacante. Seguro que valoran experiencia en puesto similar». Ánimo, ministra. Pero ¿quién les cuenta a las refugiadas afganas que aquí van a estar tan mal como allí?