Crónica

Qué bien: la mesa durará hasta que Sánchez hable perfecto catalán

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEstefanía BrigantyEuropa Press

No es que uno quiere entrar en intimidades, pero ya es público que Aragonès exige a Sánchez «pactos secretos», o sea, mantener encuentros «discretos» que protejan a la Mesa de sus detractores y quizá también de curiosos indeseados. ¿Se reunirán en un hotelito de las afueras firmando en el libro de entradas como Newman y Smith? ¿Le llevará Él rosas amarillas? No podrán ser citas a ciegas porque ambos se conocen, pero a mí esto me suena a que le quieren poner los cuernos a alguien y necesitan extremar la cautela. Discreción, mucha discreción. Si yo fuera la madre de Él, le preguntaría antes de ponerle la taza de leche con cereales del desayuno: «¿Seguro que ese chico, Pere, va en serio? ¿Tú crees que quiere una relación sana? Por si acaso, tú lleva los Durex en el bolsillo, hijo». No será un «aquí te pillo, aquí te mato», porque el Gobierno prevé, leo, dos años de intenso diálogo, poco más o menos hasta que Pere esté convencido de que Pedro habla perfecto catalán y Él haya conseguido el anillo de pedida que en el 2023, año de elecciones, le permita comunicarle al pueblo que Cataluña y España estarán juntas en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe, como más tarde prometerán en la abadía de Montserrat a los acordes exclusivamente de Els Segadors, pues Pere y su abad habrán retirado antes discretamente la grabación del himno nacional español. Pero ya se sabe que la envidia es feroz enemiga de los matrimonios felices y ya hay cinco Comunidades Autónomas que exigen el mismo trato que Cataluña recibe del presi. No les vale un flirteo por videoconferencia ni una relación de app de contactos: demandan sentarse en una mesa con Sánchez y seis ministros. Así que pronto tendremos activas unas diecisiete mesas bilaterales. Como ha dicho Juanma Moreno «no se pueden tolerar encuentros donde se negocien privilegios para un territorio de España en detrimento de otros». O lo que dice Fernández Mañueco: «Lo que interesa a España se debe negociar en conjunto». Puede que Él se libre del lío aportando un parte médico que le prohíba permanecer tanto tiempo sentado. Culpa de las hemorroides, dirán.