Opinión

La crónica de Amilibia: ‘La Yoli: abrazar, besar y sumar todo es empezar’

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda DíazJoaquin CorcheroEuropa Press

Nada más bajarse de la carroza del Orgullo Gay,Yolanda Díaz iniciará su gira de bolos por toda España con su plataforma «Sumar» y no con las Tanxugueiras, como se pensó en un principio, aunque no se descarta que en algún sitio entone eso de «Soy mujer fuerte y libre/ no hay nadie que me lo niegue/ y si alguien lo intentara/ que mala fiebre lo lleve». Avisado queda Pablo Iglesias. Gran expectación, pues. Parece que hubiera millones de devotos esperando la ascensión de la vice segunda a los cielos rojos. Millones a los que escuchar el canto de los desencantados. Millones de parias esperando el que sol gire, la tierra tiemble y un ovni la abduzca como en «Encuentros en la Tercera Fase» y la desparasite de toqueteos transversales con garamendis. Sabe que muchos son los llamados y pocos los elegidos, pero ella parece dispuesta a encontrar al menos tres pastorcitos como los de Fátima que loen su aparición como milagrosa.

En realidad, su campaña empezó en Málaga en un mitin junto a Íñigo Errejón, al que abrazó como solo se abraza a un hijo, a un amante o a Brad Pitt en una noche de despendole. Busquen la foto. Y le dijo mientras lo estrujaba: «A partir de ahora, lo mejor está por llegar». ¿Qué hay después de un abrazo así? ¿«El último tango en París»? ¿«Delicias turcas»? ¿«Emmanuelle»? Yoli fue más allá: «Tenemos que querernos más», añadió. Está hecha para el amor. Si «el amor es el motor de la política» (Ione Belarra dixit), Yoli es el motor de explosión, atómico e híbrido.

Dicen los analistas que su gran habilidad consiste en solapar con abrazos y besos sus ideas. Deseada por peligrosa: «Atracción fatal».