Opinión
La crónica de Amilibia: ‘La Yoli: abrazar, besar y sumar todo es empezar’
Nada más bajarse de la carroza del Orgullo Gay,Yolanda Díaz iniciará su gira de bolos por toda España con su plataforma «Sumar» y no con las Tanxugueiras, como se pensó en un principio, aunque no se descarta que en algún sitio entone eso de «Soy mujer fuerte y libre/ no hay nadie que me lo niegue/ y si alguien lo intentara/ que mala fiebre lo lleve». Avisado queda Pablo Iglesias. Gran expectación, pues. Parece que hubiera millones de devotos esperando la ascensión de la vice segunda a los cielos rojos. Millones a los que escuchar el canto de los desencantados. Millones de parias esperando el que sol gire, la tierra tiemble y un ovni la abduzca como en «Encuentros en la Tercera Fase» y la desparasite de toqueteos transversales con garamendis. Sabe que muchos son los llamados y pocos los elegidos, pero ella parece dispuesta a encontrar al menos tres pastorcitos como los de Fátima que loen su aparición como milagrosa.
En realidad, su campaña empezó en Málaga en un mitin junto a Íñigo Errejón, al que abrazó como solo se abraza a un hijo, a un amante o a Brad Pitt en una noche de despendole. Busquen la foto. Y le dijo mientras lo estrujaba: «A partir de ahora, lo mejor está por llegar». ¿Qué hay después de un abrazo así? ¿«El último tango en París»? ¿«Delicias turcas»? ¿«Emmanuelle»? Yoli fue más allá: «Tenemos que querernos más», añadió. Está hecha para el amor. Si «el amor es el motor de la política» (Ione Belarra dixit), Yoli es el motor de explosión, atómico e híbrido.
Dicen los analistas que su gran habilidad consiste en solapar con abrazos y besos sus ideas. Deseada por peligrosa: «Atracción fatal».
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