Opinión
La crónica de Amilibia: Pedro Sánchez, ¿casi como Brad Pitt?
Brad Pitt ha confesado que sufre prosopagnosia, una enfermedad que impide reconocer los rostros de las personas. También se conoce como ceguera facial. El doctor Joachim Bodamer acuñó el término en 1947: «La prosopagnosia es la interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio como del resto». ¿Él, nuestro presi, es víctima de esa patología y ya no se ve reflejado el espejo, como los vampiros? Dura condena para un guaperas. Dicen que le pregunta cada rato a Bolaños si aprecia que le crecen los colmillos populistas. Los expertos señalan que la prosopagnosia se produce por un pliegue en el cerebro que coordina los sistemas neuronales. Y miren que le habían advertido los barones que tanto le quieren (García-Page, Lambán, Fernández Vara): no te pliegues tanto a las exigencias de Podemos, Bildu y ERC, que eso no es sano, presidente.
No de extrañar que Aragonès le haya dicho a Alsina: «No sé qué Pedro Sánchez voy a encontrarme este viernes». Quizá teme encontrarse con un Pedro poco plegable o algo peor: que no le reconozca, incluso que no se reconozca a sí mismo. De tanto ser tantos, de tanto mirar a Biden y a la vez a Yolanda Díaz, ya no es nadie o es irreconocible. Puro humo. Ahora sólo reconoce las caras de Podemos. Éstos ya le han advertido «que no vuelva a mirar a la derecha». Da igual: aunque la mire, no la reconoce. Mira a Feijóo y sólo ve meigas. De momento ya le ha llamado «curandero», como si el gallego tratara de exorcizar España con agua bendita o el bálsamo de fierabrás.
Si usted no sabe quién va a pagar los impuestos a la banca y a las eléctricas, mírese al espejo. ¿Se reconoce?
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