Opinión

El diario de Amilibia: Digo yo que mejor «Feijóo o el Pichi»

Si Feijóo quiere algo más que liderar la indignación o recibir chutes de autoestima, necesita de eslóganes más contundentes

Imagen de Núñez Feijóo durante su mitin en Alicante
Imagen de Núñez Feijóo durante un mitin en AlicanteEp

Parece que el sinóptico eslogan del PP «Feijóo o la amnistía» tiene un problemilla: que a buena parte de los espectadores del circo nacional no les importa ya gran cosa la susodicha amnistía, sobre todo, cuando tienen ahora mismo y en el horizonte asuntos tan acuciantes como las cosas de comer. No importa mucho que un socialista de toda la vida, Juan José Laborda, ex presidente del Senado, diga que «la amnistía sería el hundimiento del sistema constitucional». O todo lo que han soltado por esa boquita «antiguas» (Miquel Iceta dixit) como Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina, Corcuera, César Antonio Molina, etc.

Si Feijóo quiere algo más que liderar la indignación o recibir chutes de autoestima, necesita de eslóganes más contundentes. Por ejemplo, «Feijóo o los garbanzos», «Feijóo o la gasolina» o, como diría Díaz Ayuso, «Feijóo o las cañitas». También «Feijóo o el fútbol», «Feijóo o la inflación», «Feijóo o la sequía», «Feijóo o Puigdemont» o «Feijóo o el pinganillo», sin olvidarnos de «Feijóo o la Barbie».

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los DiputadosKiko Huesca / Efe

No servirían «Feijóo o la Ley Trans», «Feijóo o el Falcon» o «Feijóo o Rubiales». Ni tan siquiera «Feijóo o el traidor» o «Feijóo o solo sí es sí».

El caso es que la amnistía se ha convertido en viejuna, cosa de «antiguas», antes de nacer: dicen los de ERC que ya estaba firmada desde agosto. Así que mejor nos quedamos en esta columna con «Feijóo o el Pichi», en referencia al Pichi que cantaba Celia Gámez en «Las Leandras» disfrazada de trans, tan moderna ella en 1931: «Pichi/ es el chulo que castiga/ de Moncloa a Venezuela/ y no hay una chicuela/ que no quiera ser amiga/ de un seguro servidor…».