Joyas reales

Las joyas que le faltan a la nueva Galería de Colecciones Reales

Explicamos por qué no vamos a ver ninguna de las tiaras dela familia real española en la Galería de las Colecciones Reales

Una visitante observa uno de los carruajes exhibidos en la primera exposición temporal "En Movimiento. Vehículos y carruajes de Patrimono Nacional" que reúne un conjunto de obras que normalmente no se ven expuestas y que son, en muchos casos, únicas en el mundo, este miércoles en la Galería de Colecciones Reales en Madrid.
Una visitante observa uno de los carruajes exhibidos en la primera exposición temporal "En Movimiento. Vehículos y carruajes de Patrimono Nacional" que reúne un conjunto de obras que normalmente no se ven expuestas y que son, en muchos casos, únicas en el mundo, este miércoles en la Galería de Colecciones Reales en Madrid. Rodrigo JimenezAgencia EFE

Hace unos días, Patrimonio Nacional inaugura un nuevo espacio en Madrid llamado a revolucionar el panorama cultural de la ciudad. Situado junto al Palacio Real, la Galería de las Colecciones Reales recoge en sus tres plantas de exposición algunos de los objetos más espectaculares de los que acumula esta institución centenaria.

El proyecto, un sobrio edificio que busca ser un discreto continente de verdaderos tesoros universales, es de los arquitectos Tuñón y Mansilla, que han conseguido con este edificio intervenir un lugar tan especial para la capital española sin apenas alterar el entorno. Una visita a su interior nos descubre por qué Patrimonio Nacional está considerada como una de las instituciones más respetadas en el mundo del arte,además de demostrarnos la verdadera pasión coleccionista que tuvieron los monarcas españoles. Distribuidos entre los Austrias y los Borbones (aunque también con un espacio dedicado a la dinastía de los Trastámara, es decir, a los Reyes Católicos) por sus pasillos nos encontramos con piezas tan destacadas como algunos de los tapices de la impresionante colección que posee este organismo del Estado vinculado directamente con la Corona. No faltan tampoco las referencias a Velázquez o Goya, los grandes retratistas de los Austrias y los Borbones, respectivamente, así como elementos más “mundanos” (si me permiten la expresión) como el piano armario de Carlos IV, varias carrozas (como la impresionante carroza negra de la reina Mariana de Austria), sillas de mano (como la de Bárbara de Braganza pintada por Corrado Giaquinto) o ‘El candil’, un reloj de custodia que perteneció a Felipe II, considerado uno de los pocos relojes de noche que se conservan en el mundo.

Sala de la futura Galería de Colecciones Reales.
Sala de la futura Galería de Colecciones Reales.Empty.es

Siendo este un museo vinculado directamente con la Familia Real, ya que lo que nos muestra son todos los tesoros que han ido acumulando los reyes españoles durante más de cinco siglos, llama la atención la escasa presencia de joyas dentro de sus vitrinas. Eso no quita para que, todo hay que decirlo, la Galería exhiba, por ejemplo, las coronas que Isabel II mandó elaborar para la Virgen de Atocha tras el intento de atentado del cura Martín Merino. La monarca quiso que con las gemas que lucía ese día, que incluían diamantes y topacios de Brasil, los joyeros Narciso Práxedes Soria y Manuel de Diego Elvira, realizaran un espectacular conjunto de halo, rostrillo y dos coronas para la patrona de la familia real española.

Estas son, de hecho, las únicas coronas que podemos ver de los reyes españoles, lo que puede hacer que mucha gente eche en falta la presencia de las tiaras que actualmente vemos en la cabeza de la reina Letizia. ¿Por qué esta ausencia?

Joyas de propiedad privada

Todas aquellas personas que hayan viajado a Lisboa recientemente, además de poder contemplar el Museo Nacional de Carruajes, uno de los más famosos de la capital lusa, también pueden ver ahora el Museo del Tesoro Real. Situado en un nuevo espacio que cierra el emblemático Palacio de Ajuda, este edificio funciona como una cámara acorazada en la que poder contemplar las joyas de la extinta familia real portuguesa. Pero entonces, ¿porqué en una república existe un espacio donde contemplar las tiaras de la realeza y en una monarquía como la española no hay un lugar donde verlas?

La explicación está en la propiedad de las piezas. Existe entre la sociedad española una confusión sobre a quién pertenecen las tiaras dela familia real. Si bien es cierto que actualmente los regalos que reciben los reyes pasan a engrosar el patrimonio del Estado, las joyas que Felipe VI y doña Letizia han recibido de don Juan Carlos y doña Sofía (y que estos de sus antepasados) son propiedad privada de los reyes españoles.

En el siglo XIX se quiso diferenciar lo que pertenecía al Estado de lo que realmente era posesión particular de la familia real. Es en ese momento donde nace Patrimonio Nacional (entonces Patrimonio de la Corona) y se dan los primeros pasos para el Museo del Prado, pasando la colección de arte de los reyes a posesión del Estado. La Galería de las Colecciones Reales por tanto exhibe las piezas que pertenecen a toda la ciudadanía española, no así la colección de joyas que son propiedad exclusiva de los reyes. Va a ser difícil, por tanto, que la tiara de Ansorena, la joya más espectacular de la familia real, o la Cartier se puedan contemplar en este espacio. Quizás esto se entiende mejor con tiaras como las de María Cristina o la tiara princesa: fueron adquisiciones particulares de Juan Carlos I y Felipe VI, respectivamente, de tal manera que solo les pertenecen a ellos.

Esto explica el revuelo que se genera cuando salen a subasta piezas idénticas a las que posee la familia, ya que, al ser de su propiedad, pueden hacer con ellas lo que quieran, como venderlas. De hecho, muchas veces han sido empleadas para poder sanear las cuentas de los Borbón, como fue el caso de las joyas que vendió la reina Victoria Eugenia para pagar su nivel de vida en el exilio. Pese a todo, no pierdan la oportunidad de visitar la Galería. Impresiona.