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¿Quién ha ganado el debate de estilo?

El centro derecha se impone: Casado y Rivera arrasan frente a un Sánchez difuminado. Abascal e Iglesias estuvieron desafortunados

¿Quién ha ganado el debate de estilo?
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El centro derecha se impone: Casado y Rivera arrasan frente a un Sánchez difuminado. Abascal e Iglesias estuvieron desafortunados

La presencia de Santiago Abascal en el debate generó mucha expectación y lo cierto es que no ha defraudado. Frente a unos Sánchez, Casado y Rivera de traje y corbata, Abascal optó por una combinación demasiado sport: americana y pantalón en distinto color, sin corbata y con camisa demasiado abierta para una cita como esta. Un error del de Vox que le ha hecho quedarse a un margen, junto con Pablo Iglesias, a la hora del análisis del estilo. El de Podemos, por su parte, siguió la tónica habitual de sus citas con los electores: está visto que si no son los Goya, no se pone el traje. Está visto que los polos opuestos se atraen.

Así que la cosa quedó entre tres por autoeliminación de Vox y Podemos. Pedro Sánchez intenta impulsar siempre su imagen de presidente, pero lo cierto es que en este caso la “pinza” de Casado y Rivera le ha superado con creces. Como siempre, ha abusado de una corbata demasiado estrecha, lo mismo que las solapas de su americana. La idea es incidir en la verticalidad y mostrar una imagen más estilizada del presidente, pero lo cierto es que con su 1,90 de altura tampoco lo necesita.

Albert Rivera quizás ha sido el que más ha sorprendido por una elección moderna, fresca y que le sentaba muy bien (no tan “petado”, como le definió Iglesias en “El Hormiguero” hace unos días). El look del líder de Ciudadanos ha resultado serio y moderado, una imagen atractiva que busca intentar encontrar un salvavidas en unas elecciones donde las encuestas les dan un resultado catastrófico. Sobre Casado, dicen que se ha dejado barba para marcas distancias con Rivera, pero lo cierto es que ambos han coincidido prácticamente en todo (hablando de estilo, claro). Tanto el color del traje y la corbata, como el de la camisa, ha sido el mismo, aunque Casado ha destacado gracias al magnífico nudo de la corbata que le daba una apariencia atractiva y perfecta.

Pedro Sánchez: en el papel de presidente

El presidente del Gobierno parece haberle robado el color al Partido Popular, quizás buscando ese mensaje de calma que transmite el azul, frente a la fuerza y energía del rojo, su color de partido. Estando como están las cosas, mejor llamar a la tranquilidad. Camisa azul y traje color azul Prusia, con corbata en morado, Sánchez pretendía reforzar su imagen de Presidente, aunque es cierto que ha perdido la ocasión de aprovechar la fuerza del rojo para convertirse en la imagen más fuerte del debate.

Hace tiempo que Pedro Sánchez dejó de lado su cazadora de cuero de Massimo Dutti con la que se recorrió el país intentado volver a encabezar un PSOE que por aquel tiempo le había expulsado de su secretaría general con cajas destempladas. Tanto es así que prácticamente tenemos olvidado aquel look. Y es que fue poner un pie en la Moncloa y, además de cambiar el colchón, aprovechó para impostar un estilo de presidente moderno, al más puro estilo de Justin Trudeau, un político al que muchas veces da la sensación de querer parecerse.

Sánchez emplea la moda como una máscara más para reforzar su personaje. El Falcon, su seriedad en las ruedas de prensa, su actitud reacia a prodigarse por las televisiones y sus trajes son un todo que pretende proyectar una imagen presidencial, algo así como de salvador de la patria, un hombre de confianza llamado a guiar el destino de España. El problema del presidente es la coherencia del propio discurso.

Sánchez nos ha acostumbrado a verlo en traje, una prenda que se ha vuelto su segunda piel. Acostumbra a elegir colores oscuros, como el azul Prusia, y apuesta por una silueta bastante pegada al cuerpo. Si bien es, posiblemente, el político que mejor lleva los pantalones, en la parte superior todavía tiene que mejorar. Las chaquetas no consiguen corregir la postura de sus hombros, siempre echados para adelante, y no termina de acertar con el nudo de la corbata: resulta demasiado estrecho para la corpulencia del presidente (posiblemente el mejor dotado de todos los candidatos).

Si la Junta Electoral le ha dado ya un toque al socialista por no diferenciar entre el partido y la Moncloa, lo cierto es que a la hora de estilo lo tiene muy claro: como presidente, de traje; como líder del PSOE, un estilo más informal con vaqueros (la mayoría de las veces) y originales combinaciones de camisa y americana en una paleta de colores más que discutible.

Y un dato: si parece que para él no corre el tiempo, que no tiene prisa en llega a un acuerdo de gobierno, quizás sea porque Sánchez nunca lleva reloj. Manías del presidente.

Pablo Casado: el peso de la perfección

Dicen que busca distanciarse de Albert Rivera con la barba... y lo cierto es que tanto el de Ciudadanos como el presidente del PP han coincidido en un estilo muy parecido en su estilismo para el debate: han apostado por el azul y la camisa blanca. Eso sí, Casado a la hora del nudo de la corbata ha ganado por goleada y es que en eso es un verdadero experto. El líder de Partido Popular sabe que tiene una audiencia ganada: todas las madres lo ven como el marido perfecto para sus hijas. Es afable, culto, amable, educado y viste bien. Y quizás ahí esté el mayor handicap del aspirante a la presidencia del Gobierno.

Sin lugar a dudas, estamos ante el hombre que mejor lleva la corbata en la política española y lo hemos vuelto a ver en el debate. Ha sabido encontrar la combinación perfecta entre el cuello italiano y el nudo sencillo y estrecho de esa prenda que le da un aire renovado a su estética clásica. Alterna camisas en azul y blanco (no se suele salir de esos dos colores, si bien puede llevarlas lisas o a cuadros) con una paleta bastante oscura para sus corbatas, con algún estampado y alguna raya. Confesaba hace tiempo, en una de sus visitas a la Madrid Fashion Week, que entre sus marcas favoritas se encuentra Scalpers, y lo cierto es que Casado es la percha perfecta para esta marca española. Eso sí, en su armario también hay sitio para una de las marcas fetiche de los niños bien de la capital: le hemos visto en el pecho el reno de Abercrombie & Fitch.

Tiene que mejorar en los pantalones, ya que todavía no ha encontrado el fit perfecto: suele llevarlos algo más grandes y amplios que lo que debería, sobre todo si se compara con las americanas de corte sport que suele llevar mucho más ajustadas. Y lo mismo le pasa con los vaqueros. Si apostara por una silueta más skinny, renovaría mucho más su apariencia.

Aunque quizás lo más interesante de Casado sea su colección de relojes. Le hemos visto en la muñeca más de cinco modelos diferentes, desde un Hublot (cuentan fue regalo de la pedida, su precio suele superar los 6.000 euros) a un Appel Watch (449 euros), aunque últimamente opta por versiones más sport, con correa textil que resta importancia a este accesorio.

Albert Rivera: buscando la diferencia

El líder de Ciudadanos tenía guardada la sorpresa para el debate y ha salido a la luz nada más empezar. Después de acostumbrarnos a un estilo más informal, para la cita con sus adversarios políticos ha decidido desplegar lo mejor de su armario. Rivera ha acudido con un impecable traje que le sentaba como un guante, con doble botonadura y corbata en el mismo tono con un pequeño estampado. La camisa, de un reluciente blanco, le daba un aspecto muy sereno, serio y fresco.

Si en las pasadas elecciones, en las que aspiraba al “sorpasso” al PP, apostó por un estilo mucho más serio y presidencialista, ahora que las encuestas le dan unos datos catastróficos parece haberse decantado por intentar encandilar a la gente joven, el grueso, según dicen, de sus electores.

Este verano vimos a Albert con camiseta y camisas vaqueras (Levi’s es su firma fetiche), dando una imagen mucho más joven y relajada que el resto de sus adversarios, sobre todo Pablo Casado, con el que intenta diferenciarse para conservar parte de sus votantes. Además, parece rehuir en los últimas semanas de la corbata, que parece reservarla para actos oficiales. En su último post en Instagram, horas antes del debate, apostó por volverse viral gracias a Lucas, el perro de Pablo Sarrion, del equipo de Comunicación de Ciudadanos. En ese vídeo lucía un jersey de cuello caja, vaqueros y unas New Balance, un look fresco y joven que proyectaba una imagen atractiva del líder de los liberales.

A la hora del traje, Rivera se confiesa: apuesta por Hugo Boss y Emidio Tucci. Son dos firmas de precio medio/medio alto con una concepción bastante contemporánea de la sastrería. La firma alemana, además, es su favorita también a la hora de perfumarse: su fragancia es Hugo Red de Hugo Boss (79 euros).

Pablo Iglesias: imagen de marca

El jersey de 198 fue el protagonista de su último debate y en esta ocasión ha decidido dejarle este papel a la corbata. Pablo Iglesias ha apostado por los clásicos para la cita más importante de estas elecciones. Llegaba al pabellón con uno de sus abrigos a la altura de la rodilla que ha dudado en quitarse antes de presentarse delante de los medios de comunicación en el photocall preparado por la Academia de la Televisión, un pequeño error de estilismo que se le puede perdonar. Su estilo, el habitual en él: habrá cambiado de residencia, pero no de armario. El otro día en “El Hormiguero” reconocía que llevaba la corbata mal puesta a propósito, pues le gustaba no abrochar el primero botón de la camisa. Este pequeño gesto ya se ha convertido en toda una seña de identidad del político.

Si bien los políticos suelen huir de vinculaciones con cualquier marca (algunos incluso llegan a buscar prendas que no lleven ningún logotipo para que nadie identifique ni ponga precio a la camisa o jersey que llevan), Iglesias es imagen extraoficial de 198, la firma fundada por el secretario de Comunicación de Podemos, Juanma Del Olmo. Es habitual verle con el logotipo de la marca (el rostro de un hombre tocado con una corona de laurel) en sus polos (29,95 euros) y jerséis, y así lo hizo en el pasado debate en Antena 3, con un jersey con consiguió que se viniera abajo la web de 198 de la cantidad de visitas que consiguió con ese “product placement”. Se trata de una firma que apuesta por la producción sostenible y la fabricación en España. Todo un mensaje que pretende lanzar el líder podemita. Y si es fiel a 198, también lo es a Levi’s (lo mismo que Errejón y Rivera). Su modelo 501 (alrededor de 100 euros) en versión “regular” (la versión ancha de esta emblemática prenda) es el vaquero favorito de Iglesias. Lo suele combinar con zapatillas en colores oscuros, algunas de la firma Onitsuka Tiger (90 euros).

Algunos podrán opinar para mejorar el estilo de Pablo Iglesias, pero lo cierto es que poco se puede decir ya que no es un estilo descuidado, sino todo lo contrario. Es un estilo buscado, que quiere marcar con la elección de las firmas una personalidad propia. Lo cierto es que consigue lo que busca.

Santiago Abascal: la bandera como insignia

Abascal cuenta en casa con una buena consejera: su mujer, Lidia Bedman, es una conocida influencer de moda que cuenta con más de 150.000 seguidores en Instagram, aunque no podemos olvidar que la familia del líder de Vox ha estado vinculada a la moda desde siempre, gracias a su tienda Moda Abascal, en su localidad natal de Amurrio (Álava).

No tenemos claro si ella habrá sido decisiva para la elección del look, pero lo que sí hemos podido ver es que Abascal ha optado por enfatizar de una manera muy decidida su físico para conseguir más presencia en el debate. Ha optado por una combinación de americana (extremadamente ceñida) azul con camisa más clara que llevaba desabrochada hasta el segundo botón, dejando ver una parte importante de su pecho (sobre todo para lo que nos tienen acostumbrados los políticos). Lo completaba con un pantalón gris y unos zapatos de doble hebilla. Si buscaba imponer, Abascal lo hacía en el debate.

En otras ocasiones, cuando se pone traje, no le suele faltar el detalle del pañuelo en la americana, aunque como en el debate, peca en exceso de llevar diseños de americana con un patrón demasiado ceñido. Abascal puede presumir de estar en plena forma, y debería dejar respirar algo más su corpulencia.

Santiago tiene claro que la indumentaria sirve para enviar un mensaje y aprovecha al máximo este tirón. Así, le hemos visto con camisas y americanas de la línea España Viva de la firma God Save My Swing (55 euros las camisas y 160 euros la americana), donde la bandera española tiene gran protagonismo, y es habitual que lleve diseños de la marca El Capote (69 euros), aprovechando su vinculación con el mundo del toro. Otras firmas como Fred Perry o Happy Man, y el modelo Adidas Superstar tampoco faltan en su armario.

Aunque quizás donde más se note la intención de Abascal a la hora de vestir sea en sus relojes. La importancia que le da al deporte la observamos gracias al modelo Garmin Fenix con correa metálica y silicona negra, un modelo que alterna con el Plus Ultra de la firma Táctico. La firma cuenta con otros relojes llamados Tercios españoles o Blas de Lezo, en un claro homenaje al pasado más glorioso de la historia de nuestro país, un periodo que Abascal se enorgullece de recordar cada vez que puede.