Novela

Roser Amills: «Soy una fresca, y a mucha honra»

Roser Amills: «Soy una fresca, y a mucha honra»
Roser Amills: «Soy una fresca, y a mucha honra»larazon

«¡Me gusta el sexo!». ¿Lo grita por ahí?

–Sí, y me miran mal en algunos ambientes. Me ven como a una fresca.

–¿Y lo es?

–Soy una fresca, y a mucha honra.

–¿Usted quiere ayudar, explicar, animar, ilustrar, excitar o ligar?

–Pretendo estimular las ganas de hablar de sexo con curiosidad y naturalidad. Hay que perder el miedo a preguntar.

–Subtítulo: «Las claves para la felicidad sexual». ¿La primera?

–Comunicación con la pareja. La segunda, complicidad durante todo el día: no reservarlo todo para la noche. Y la tercera: sinceridad total.

–Dice en su libro que tiene una imaginación extraordinariamente sucia...

–Sí, y no pienso lavarla. Hace la vida divertida. La imaginación no delinque.

–¿Qué necesitan saber los hombres para entender mejor a las mujeres?

–Lo que realmente pensamos.

–Eso parece muy difícil, según los hombres.

–Sí, porque nos ocultamos. Somos tramposas: no hablamos claro de lo que queremos. Que los hombres nos entiendan depende de nosotras.

–Pío Baroja dijo en su agonía: «Me muero sin saber para qué sirven las diputaciones provinciales y las mujeres».

–Yo no sé para qué sirven las diputaciones, pero sí los hombres.

–Valérie Tasso dice que en la cosa sexual vamos hacia atrás.

–Vamos hacia atrás en la consideración de la pareja. Cambiar es bueno, pero cambiar mucho de pareja no es tan bueno.

–¿Por qué tenemos miedo a hablar de sexo?

–Porque tenemos miedo a descubrir cómo somos, a mostrar fragilidad. Hablar de sexo es desnudarse totalmente.

–Beatriz Rico: «Los hombres se asustan si una mujer les pide ir a la cama».

–El hombre es cazador, pero también le empieza a gustar ser cazado.

No sé cómo saldremos de esta crisis sexualmente hablando...

–La crisis es positiva para el sexo. Se habla más. Parece que en los malos tiempos nos abrimos más.

–Y parece que la prima ya no tiene tanto riesgo...