Talman: «Soy un hombre difícil de fusilar»

–En 2008 adivinó el gordo de Navidad en el programa de Ana Rosa...

–Llevé el número premiado al plató. Me quedé con un décimo.

–Le faltó fe: qué ocasión para haber comprado toda la serie...

–Soy modesto: tener demasiado es tan malo como no tener nada.

–Fíjese: ahora trabajaría sólo por puro placer...

–Trabajo por puro placer. Con lo que me tocó pude pagar la hipoteca, comprarme un coche y hacer un viaje. Perfecto.

–Me imagino que desde entonces le asedian amigos pidiéndole un número.

–Amigos, familiares y lo que más siento: gente en situaciones desesperadas que lo necesita de verdad. Pero eso sólo ocurrió una vez.

–¿Y sabe por qué pasó?

–Por lo que sucede casi todo en este mundo: por azar, por la conjunción de los astros, por la estadística, por lo que usted quiera creer.

–¿Lo ha vuelto a intentar?

–Todas las semanas, ja, ja, ja. Pero nada.

–Un mentalista es como un cura: necesita público con fe...

–Yo, más que fe, pido ilusión para crear ilusiones.

–¿Percibe que la gente cree que tiene poderes?

–Muchos lo creen. Es difícil de explicar esa fina raya que separa la ficción de la realidad. Yo no vuelo, pero hago creer que vuelo.

–O sea, que no tiene poderes...

–No, pero puedo hacer creer que los tengo.

–Cada vez me parece más un político.

–Perdone, pero los mentalistas engañamos con la verdad. Avisamos de que vamos a crear una ilusión. Los políticos no avisan.

–Ya. Hace ejercicios de riesgo. ¿Muestra la caja «B» de los partidos?

–Pongo en peligro mi integridad: atrapo una bala con los dientes. Perdieron la vida 17 ilusionistas intentándolo. Soy un hombre difícil de fusilar.

–Hace predicciones: ¿cómo va a terminar lo de Bárcenas?

–Lo veo en la montaña, como Heidi.

–¿Y a Iñaki Urdangarín?

–También lo veo lejos de España.

–Hace telequinesia y dobla cucharas...

–Uri Geller ha dicho que lo mío es más impresionante que lo suyo.

–Hoy lo difícil no es doblarlas, sino llenarlas...