Empresas
España presume de empresas sostenibles
Las compañías más valiosas no son las que más dinero ganan, sino las que más aportan a la sociedad. Nuestro país es un ejemplo
Existen distintas formas de calibrar el valor de una empresa: desde el volumen de la cuenta de resultados hasta el número de personas a las que da empleo, pasando por la envergadura de los proyectos que tiene en marcha o su contribución a la dinamización de la economía. Pero hay un parámetro que cada vez se tiene más en cuenta y que más valoran los clientes, incluso sin ser conscientes de ello: que sea una empresa “sostenible”.
Detrás de este término se esconde toda una filosofía empresarial a la que se han sumado con entusiasmo miles de empresas en todo el mundo, aunque con desigual éxito porque para pertenecer a este club de acceso restringido, hay que cumplir una serie de normas muy exigentes. Hay que serlo, y no solo parecerlo.
El “Dow Jones sostenible”
Una empresa sostenible es aquella que, más allá de la prestación de un servicio o la venta de un producto, aporta beneficios a la población en el campo medioambiental, social, cultural o laboral. Estamos, podríamos decir, ante empresas “con alma”.
La catalogación de empresas sostenibles la otorgan índices como el Dow Jones de Sostenibilidad, el Dow Jones Sustainability Index (DJSI) en inglés, una variante del índice bursátil de Nueva York elaborada por la firma de inversión especializada en sostenibilidad RobecoSAM. Hasta el momento se han realizado 19 ediciones a partir de la información que se solicita a las empresas de mayor capitalización bursátil. En la edición de 2018 se invitó a participar a más de 3.500 empresas, 30 de ellas españolas.
El examen al que son sometidas es muy detallado, ya que abarca prácticas laborales saludables, prevención de riesgos, respeto de derechos humanos, proyectos de filantropía, conciencia ambiental y de biodiversidad, diálogo con grupos de interés, buen gobierno, códigos de conducta reglados (que por supuesto, deben cumplirse) y ausencia de prácticas corruptas.
Al corriente con Hacienda
A todo esto se han unido, además, nuevos parámetros, como el cumplimiento del régimen de impuestos (al calor de la polémica generada en los últimos años por empresas globales como Google o Facebook) o el sistema de remuneraciones de los altos directivos, con el objetivo de evitar unos sueldos desorbitados que puedan suponer una rémora para la compañía cuando el viento sople de cara.
Superar semejante examen es difícil, pero en el caso de España se ha hecho con nota. Una prueba de que nuestras empresas sostenibles no tienen nada que envidiar a las del resto son las 15 empresas españolas presentes en el ranking, una más que el año pasado, lo que supone que la mitad de las compañías analizadas ha pasado el “corte”.
Líderes en sus respectivos sectores
Las empresas españolas ya veteranas en este índice son Banco Santander, CaixaBank, Red Eléctrica, Naturgy, Iberdrola, Endesa, Ferrovial, Gamesa, Enagás, Inditex, Amadeus e Indra, a las que se han unido otras dos entidades bancarias.
Tres de ellas son líderes en su sector (Inditex en retailing, Naturgy en el campo del gas y Enagás en transporte y almacenamiento de petróleo y gas). En el caso del sector bancario, donde la filosofía del negocio sostenible está plenamente instaurada desde hace tiempo y, por tanto, el nivel de exigencia es especialmente elevado, Banco Santander se consolida como el primer banco europeo y el tercero del mundo, ocupando así un puesto destacado en el ranking de empresas españolas sostenibles.
El Santander, el mejor resultado de su historia
Para otorgar esta clasificación a la entidad presidida por Ana Botín, la mejor en la historia del banco, el DJSI ha tenido en cuenta especialmente valores como la inclusión financiera o la eficiencia energética, reconocidos con la máxima puntuación (100). El índice ha destacado a Banco Santander, con una valoración total de 86 puntos sobre 100, como uno de los bancos mejor valorados del mundo por su gestión en materia de sostenibilidad.
En la edición de 2018, el ranking evaluó a un total de 133 entidades financieras de todo el mundo, pero tan solo 27 entraron a formar parte del índice. Para ellas es el sello de “sostenible”, un premio otorgado a estos bancos, pero del que se benefician los clientes y toda la sociedad.
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