A su manera

Los primeros pasos del Atlético en esta Liga surcaron el firmamento. Conclusión: más dura será la caída. La asociación de un fútbol que aguanta los primeros 45 minutos, a duras penas, con sendos arbitrajes dignos de cadena perpetua en el refrigerador, frente al Villarreal, sobre todo, y ante el Almería, lo han dejado a tres partidos de distancia del líder, que lo recibe el domingo. Su panorama es desalentador. El Madrid cuenta sus últimas actuaciones ligueras por goleadas y el Atleti se desvanece bajo el síndrome del «Pupas». Una diferencia de 12 puntos con sólo una decena de encuentros no es descabellada, dado el abismo que los separa, y sí una muestra de la desigualdad que late en el campeonato. Aguanta el Villarreal la velocidad supersónica de Madrid y Barça, no sin que su entrenador, Juan Carlos melifluo Garrido, pueda disimular el complejo de inferioridad que le produce empatar en Alicante por un confuso arbitraje. «Parece que no interesa que el Villarreal esté arriba», denunció para ganarse el afecto de sus jugadores. Absurdo peloteo e inadmisible sospecha de manipulación ¡en la séptima jornada! Sólo una semana después le devolvió Ramírez Domínguez mucho más de lo que, según su parcial visión de la jugada, le arrebató Muñiz Fernández. Son formas de ver las cosas, pero que escuche a Rosendo antes de volver a meter la pata: «Voy aprendiendo el oficio /olvidando el porvenir / me quejo sólo de vicio / maneras de vivir». En cualquier caso, que el «submarino amarillo» no se vaya a pique, según indicios valencianistas, atléticos o sevillistas, para que esta Liga no sea un calco de la anterior, con una ampliación de la batalla Madrid-Barça al duelo Messi-Ronaldo sin otro picante que los puyazos de Mourinho, de quien dice Xavi: «Así como nosotros queremos ganar jugando bien al fútbol, él quiere ganar de cualquier manera». A su manera.