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Color y aires marineros iluminan la Pasarela 080

La Razón
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Dilucidar qué prendas serán tendencia el verano que viene es una ecuación en la que todas las soluciones,–o estilos, en este caso– son posibles en la Pasarela 080. Fiel al espíritu innovador del que quiere hace gala, los jóvenes diseñadores de la segunda jornada explotaron su vertiente más creativa y abrieron un abanico de posibilidades para los más dubitativos.Por la mañana abrió la veda la reina del «bustier», Bibian Blue, fiel a su estilo barroco y lencero. La colección «Lovelace Boudoir» es un logrado homenaje a la corsetería victoriana y eduardiana y a toda la lencería de principios del siglo XX. Una (re)interpretación de lo más «fetish» con algún punto romántico en blondas, lazos y flores, en la que despuntaron los rostros pálidos sobre maquillajes ahumados. Todo muy H. P. Lovecraft. Blue, que de emergente tiene poco, puede presumir de una carrera más que consolidada. Sus colecciones se venden en media Europa y tiene acérrimos fans entre sus filas, como el guitarrista de The Cure, Porl Thompson. A él no se le vio en su desfile pero sí que suspiró en las gradas más de una de las fieles clientas de la catalana, «Pin-Ups» con aires a lo Bettie Page que abandonaron el recinto resguardadas de un sol devastador bajo sus sombrillas victorianas. Y de las pieles pálidas de principios del siglo XX al bronceado pop «made in» California de los 90. La embajadora del «sport deluxe», Krizia Robustella, acertó en la pasarela con una colección inspirada en la mítica serie «Los vigilantes de la playa». Robustella, –que se declara fan de CJ, la neumática vigilante interpretada por Pamela Anderson–, apuesta por los colores identificativos de la serie (rojo, amarillo, azul y blanco) en licras, sedas, algodón, chubasqueros y tejidos de toalla. Todo un ejercicio de creatividad efectiva en el que triunfaron los estampados con los míticos salvavidas, los prismáticos que siempre lucía Stephanie o medusas acompañadas por el consecuente «ouch» que acompaña a las picaduras. Manuel Bolaño, un clásico en la pasarela pese a su juventud, expuso la segunda parte de su trilogía, una colección dedicada a los veranos gallegos que pasaba con su abuela y en la que se pudieron ver vestidos de punto y entretiempo con un trabajo de ganchillo, tricot y jacquard cien por cien Bolaño. Un estilo digno de Alta Costura.