Roma

A las barricadas

La Razón
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Hace unas semanas fueron los estudiantes ingleses quienes salieron a la calle para protestar por la subida de las tasas académicas en Reino Unido. Ayer le tocó el turno (de nuevo) a Italia, donde miles de universitarios protestaron enérgicamente para rechazar una reforma universitaria que, en su opinión, es demasiado liberal, privatiza la enseñanza y recorta las becas al estudio en un 95%.
Los actos de ayer, como si de un seísmo se tratara, fueron la réplica a la batalla campal librada hace una semana en el centro de Roma entre estudiantes y policías.

La pretensión es impedir que las cámaras legislativas aprueben la reforma planteada por la ministra, Mariastella Gelmini. Ésta probablemente tiene razón cuando apela a la necesidad de premiar el esfuerzo como algo prioritario en la Educación de un país como Italia, pero se equivoca el centro derecha al tildar de delincuentes violentos a los manifestantes, aunque sea cierto que en la marcha se haya colado algún energúmeno antisistema.

También exagera la oposición parlamentaria al no considerar ni un solo punto de la propuesta, mientras que acierta al denunciar los recortes que pretende el Gobierno.

La presencia de los estudiantes en la calle recuerda el protagonismo de este colectivo en las décadas de los 60, 70 y 80. Un protagonismo que ha resultado inexistente, adormecido en el mejor de los casos, sin embargo, durante cerca de 30 años.

Además, está bien que los estudiantes amplíen su reprobación, formen parte del movimiento opositor a las medidas de ajuste y participen en la protesta contra la crisis y el alto desempleo juvenil, que en Italia roza el 30%, no doblegándose al conformismo. Todo ello es necesario y está muy bien, pero siempre que lo hagan pacíficamente...