Achaques a partir de los 40

Un 52 por ciento de los hombres entre 40 y 60 años afirma que su salud ha empeorado y, sin embargo, la mitad no ha acudido a un médico en el último año. Quizás se debe a que achacan sus males a «lo normal para la edad». Pero, a partir de los 40 y, especialmente los 50, los varones deberían acudir a la consulta de forma regular, ya que la prevención y el diagnóstico precoz es clave para la cura de muchas patologías, entre ellas las que afectan a la salud sexual.
Pocos conocen la estrecha relación existente entre unos adecuados niveles de testosterona y síntomas como el descenso de la libido o menor deseo sexual, la depresión, la fatiga, la pérdida o disminución de la memoria o capacidad de aprender, el aumento de la grasa abdominal, el insomnio, una cierta apatía o tono bajo, la disfunción eréctil (DE) en mayor o menor grado… El causante de todo ello puede ser el Síndrome de Déficit de Testosterona. Un historial clínico adecuado, un simple análisis de sangre y un test médico pueden detectarlo.
La DE no sólo afecta a la esfera sexual, ya de por sí muy importante. Hoy día sabemos que debe ser identificada como una señal de alarma, un posible aviso de otra patología. El 64 por ciento de los varones que padecen disfunción eréctil sufren otros trastornos como la hipertensión, problemas de corazón, colesterol alto o diabetes. Los hombres con DE tienen un riesgo cardiovascular entre 1,25 y 2,6 veces mayor al resto de población. Tendrían un 45 por ciento más de probabilidades de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebral vascular que quienes no sufren disfunción eréctil. Cuando un hombre llega a nuestra consulta hemos de saber que es una puerta de entrada para la valoración de su estado de salud general.