Los Ángeles
De tatuajes hasta el cuello
Posee uno de los cuerpos más enviados y deseados, pero sólo algunos privilegiados tienen derecho a inmortalizarse en su piel. Como si de la mismísima Angelina Jolie se tratase (ella inscribe en su brazo los puntos cardinales de todos sus retoños), David Beckham ya ha integrado en su interminable colección de tatuajes el nombre de su hija pequeña, Harper Seven, a la que a destinado la zona bajo su clavícula izquierda.
Aunque para muchos el tatuaje es un símbolo de transgresión (y para otros sólo una moda pasajera) en el caso del futbolista de los Galaxy, los dibujos de su cuerpo se han convertido en la mejor biografía del centrocampista. No en vano, cada vez que un acontecimiento importante llega a su vida, no tarda en reflejarlo con un nuevo tatuaje. Para eternizar la felicidad que le produjo el nacimiento de su única hija, le ha dedicado un dibujo con su nombre situado muy próximo al que representa a sus tres hijos varones: Brooklyn, Romero y Cruz. Ellos también tienen su propia espacio en el cuerpo de su padre. El mayor de los hijos en la parte inferior de la espalda. Romeo en la nuca sobre y Cruz está tatuado en la parte inferior de un ángel, otro de sus emblemáticos símbolos. De hecho, hasta su esposa Victoria tiene uno dedicado a ella.
Lo que sí hay que reconocer es que, al margen de este sinfín de inscripciones, Beckkam es muy detallista y no es el primer gesto que le dedica a sus hijos. De hecho, en un partido contra el Real Madrid, el que fuera el galáctico por excelencia en la plantilla, salió al terreno de juego con unas zapatillas rosadas que tenían bordados los nombres de sus cuatro hijos. Todo un gesto.
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