Valladolid

«No estaba bien de la cabeza»

Amigos y familiares muestran su dolor e indignación durante el entierro de los dos pequeños asfixiados por su madre el pasado miércoles

Cortejo fúnebre que acompañó a los dos menores asesinados hasta el cementerio de Santovenia de Pisuerga
Cortejo fúnebre que acompañó a los dos menores asesinados hasta el cementerio de Santovenia de Pisuergalarazon

VALLADOLID- Cientos de personas se acercaron ayer hasta el tanatorio de El Salvador de Valladolid para dar el último adiós a Jairo y María, los niños de 9 y 11 años presuntamente asesinados por su madre, María del Carmen S.C., de 40 años, el pasado miércoles por la noche. Entre los familiares se encontraban el padre y la abuela, tremendamente afectados y con la mirada perdida. Numerosos amigos de la familia y compañeros de clase de los pequeños en el Colegio de Nuestra Señora de la Consolación de las Madres Las Agustinas Misioneras de Valladolid, quisieron también acompañar los restos en su último viaje hasta el cementerio de Santovenia de Pisuerga.

Dolor, mucho dolor y un inmenso pesar se respiraba entre la multitud, tanto a la llegada de los coches fúnebres con los restos de los dos niños, como a su salida. Hubo incluso varios momentos de tensión ante la presencia de los medios de comunicación, a los que reprocharon su presencia.«Ha sido terrible, aún no me lo puedo creer», relataba un amigo de la familia.


Mala relación
Un amigo íntimo del padre que no quiso dar su nombre explicaba con indignación y profunda rabia, que la madre «no estaba bien de la cabeza». Afirmaba que no se estaba portando muy bien con su ex marido y aseguraba que en muchas ocasiones el padre de los pequeños le contaba amargado que María del Carmen no le dejaba ver a sus hijos. Cuando se presentaba sin previo aviso, le decía que estaban enfermos o se inventaba alguna otra excusa para evitar que pudiera estar un rato con los pequeños.

Según se desprende de la declaración de este amigo del padre, la madre llegó a poner incluso una denuncia a su ex marido porque en cierta ocasión debió de gritarles a Jairo y María. Asimismo, confirmaba que el padre había pedido la custodia de ambos.

Respecto a la investigación, después de la mejora del estado psíquico de la presunta parricida, la Policía interrogó ayer a María del Carmen durante más de cinco horas. Durante la declaración, dijo que no recordaba nada del día de los asesinatos pero explicó varias cuestiones relacionadas con los dos menores fallecidos que no han trascendido. Durante la jornada de hoy, está previsto que comparezca ante el juez.

Tras la autopsia, los investigadores apuntan a que la madre presuntamente los mató 24 horas antes de que la Policía encontrara los cadáveres. Al parecer, los sedó con somníferos durante la cena y los asfixió con una toalla cuando estaban dormidos. Algo que se confirmará la semana que viene cuando se conozca el resultado del informe del Instituto Toxicológico de Madrid.


De víctima a verdugo
- El trágico suceso produjo cierto desconcierto entre los investigadores en las primeras horas. Los cuerpos de los niños no tenían signos de violencia y estaban tendidos sobre la cama. La madre decía que no sabía lo que había pasado y estaba en un preocupante estado de nervios. ¿Realidad o ficción? Las pruebas confirmaron que los menores habían muerto horas antes y la autopsia no deja lugar a dudas.


Cronología de una tragedia
8/12/2010
A última hora del pasado miércoles, María y Jairo, de 11 y 9 años, fueron sedados y asfixiados por su madre con una toalla.
La presunta parricida, de 40 años, estaba en tratamiento médico por una depresión causada tras su proceso de divorcio, que se produjo hace dos años.
9/12/2010
La parricida avisó a un vecino de que sus hijos están muertos. La policía localiza los cadáveres sobre las siete de la tarde.
Al conocer la noticia, el padre de las víctimas acude al domicilio y sufre un ataque de ansiedad al no poder ver a sus hijos. Fue ingresado en la planta de Psiquiatría del Hospital Clínico de Valladolid.
10/12/2010
Los primeros resultados de la autopsia revelan que los menores tomaron un somnífero mezclado con la cena o con la bebida.
11/12/2010
La presunta parricida declara ante la Policía durante cinco horas y dice que no recuerda nada de lo que ocurrió durante la noche de los asesinatos.