Casa Real
Alfonso Díez no duerme en Liria por Jesús Mariñas
Aunque cueste creerlo, la crisis también afecta a los Alba. Quizá por eso Cayetana y Alfonso demoran su viaje a la exótica Tailandia, y no recurrirán a los servicios de Nuba tras la estrepitosa y última expedición hindú. No ha vuelto a organizarles ningún viaje otoñal al que solían sumarse numerosos VIP, que más tarde fueron cayendo poco a poco de la lista. Aportaban reclamo y resultaba algo atractivo, casi ferial, aunque, por ejemplo, Nati Abascal prefirió distanciarse en las dos últimas escapadas para evitar mezclar churras con merinas en un rebaño bien apacentado por Cary Lapique, a quien posiblemente veremos pronto en algún programa de televisión –«La Noria» o «Sálvame»– pasando previamente por taquilla.
Consecuencias de la crisis, como la sublime decisión del Duque de no permanecer mano sobre mano viendo madurar el limonero de Dueñas. Receloso de aceptar ofertas laborales acaso envueltas en piel de serpiente, Alfonso pondrá en marcha una tienda de antigüedades en un local que tiene en Madrid con dos de sus hermanos, ninguno de ellos Pedro, el antaño amigo de Jesús Aguirre.
Acuciado o acaso agobiado ante su excedencia laboral, hará todo lo posible para no recurrir al paro, porque además tiene algunos ahorrillos, que los hay que son muy hormiguitas. «Alfonso tiene un almacén lleno de cachivaches y es el momento de ponerlos en orden, no sea que...», me detallan de buena fuente creyendo que las arcas estén vacías o que las ayudas comunitarias no den para tanto exceso y la múltiple parentela a la que Moncho Borrajo pone a caldo en su espectáculo recién estrenado, donde los famosos brillaron por su ausencia. Las filas VIP quedaron desiertas con la excepción de Sara Montiel, que lució unos rizos zulúes sobre un visón blanco hasta los pies; Irene Villa, que está embarazada de cuatro meses –será un niño–; las incombustibles Marily Coll y María Rosa, que acudieron con unos abrigos de piel de gato tintado y un suave visón gris acero, respectivamente, y Sonia Salinberti. Su hija, Patricia Cruz, ya se ha repuesto del molesto vértigo y ha retomado las riendas de Bulgari. Nacho Fitzgerald ejerció de dandi con unos cuadros escoceses de la tienda de Rafa Medina, que aún no trabaja con abrigos de trabilla a media espalda como los que él usa para dar un toque de informalidad a su estilismo, aunque no lo consigue porque es un clásico, sin llegar al empaque de Pablo Hohenlohe, futuro duque de Medinaceli. Su hermana Flabia monta un fiestón inaugural de Arco para Sotheby's.
Alfonso viajará a Madrid un día por semana para llevar al día las cuentas del negocio. Dormirá en su antiguo piso de soltero, algo ya habitual en él cuando no acude con Cayetana a la capital. Evita Liria y comenta que «allí no pinta nada». Conoce el terreno que pisa y ante la embaucadora falta de liquidez familiar, pone remedio y recupera la movilidad. Algunos piensan ahora que hizo de la torta un pan.
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