Parlamento Europeo

El modelo americano por Jorge Urosa

La Razón
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Parece que por fin nuestros políticos se han decidido a dotarnos de un Tribunal Constitucional como Dios manda. Los miembros de nuestro más alto tribunal han visto prorrogado su mandato año tras año como si se tratase del día de la marmota. Y como encima no eran capaces de aprender y hacer las cosas bien, pues nada, otro año más.

La verdad es que el espectáculo de ver cómo nuestros representantes no eran capaces de ponerse de acuerdo para nombrar un Tribunal que debe proteger los derechos fundamentales de los españoles es, cuando menos, poco edificante. Lo grave de este asunto es que pone de manifiesto una falta de responsabilidad de los partidos llamativa que debe hacer que nos planteemos el sistema mismo de dotación de renovación de las instituciones del Estado.

El Constitucional, el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas son instituciones básicas de control del poder político y garantía última de los derechos de los ciudadanos. La libertad y la igualdad están tuteladas, en definitiva, por estas instituciones. Por eso mismo no podemos dejarlas al capricho del acuerdo de unos partidos que han demostrado tener poca grandeza de miras y han contaminado la credibilidad de nuestras instituciones.

Quizá no sería malo plantearse que sea el Gobierno quien renueve los tribunales; esto sería respetuoso con el principio democrático, evitará problemas de bloqueo de las instituciones, y si además de todo le añadimos la inamovilidad de los nombrados como en el Supremo de EE UU, entonces, a lo mejor, hasta volvemos a creer en nuestras magistraturas.