Acoso sexual

La Policía sacó ayer dos bolsas llenas de tiques del interior del Arena

Ya han extraído huellas de los restos de dos bengalas

Fraude con la venta de entradas del evento en el que fallecieron cuatro jóvenes. Es la denuncia que se repitió ayer en las redes sociales por parte de algunos de los asistentes al Thriller Music Park en el pabellón Madrid Arena de la Casa de Campo
Fraude con la venta de entradas del evento en el que fallecieron cuatro jóvenes. Es la denuncia que se repitió ayer en las redes sociales por parte de algunos de los asistentes al Thriller Music Park en el pabellón Madrid Arena de la Casa de Campolarazon

Madrid- El Grupo V de Homicidios y la Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía de Madrid continuaron ayer con el caso Madrid Arena después de más de 48 horas de investigación, que se han centrado en el visionado de imágenes ( hay cerca de 90 cámaras del interior y exterior del recinto con más de 10 horas de grabación), la recogida de muestras en el lugar y la toma de las primeras declaraciones en sede policial, entre ellas, al empresario organizador del evento, Miguel Ángel Flores. Los agentes de la Policía Científica regresaron ayer al pabellón de la Casa de Campo por tercer día consecutivo para continuar tomando muestras que ayuden a esclarecer lo que ocurrió la fatídica noche del 31 de octubre al 1 de noviembre en la celebración del Thriller Music Park.

Los agentes de la Científica salieron ayer del recinto con bolsas de basura llenas de entradas y tiques del festival de música electrónica, según fuentes policiales. Y es que, una de las líneas de investigación en las que la Policía está trabajando con más fuerza es en recoger pruebas que sirvan para demostrar ante el juez el exceso de aforo aquella madrugada. Los investigadores apuntan a que se duplicó y podrían rondar los 20.000 asistentes. Otra prueba que refuerza esta tesis son las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del exterior del recinto, donde se aprecia que los jóvenes saltaban los tornos en masa y colándose al interior sin ningún tipo de control, según las mismas fuentes.

Los agentes de Científica ya han realizado cuatro inspecciones en el lugar de los hechos. En la primera, referente al levantamiento de los cadáveres existen contradicciones porque, según los distintos testigos interrogados, las chicas se encontraban en lugares diferentes. Las otras tres inspecciones se centraron en la realización de reportajes fotográficos de salidas de emergencias, luces y vomitorios, en especial en el que ocurrió la tragedia.

En ese lugar, al igual que en otras partes del recinto, la Policía recogió restos de dos bengalas. Los agentes están tratando la zona del artefacto que no ardió con reactivos químicos para revelar posibles huellas del autor del lanzamiento, aunque de momento, el resultado ha sido negativo. Y es que los investigadores siguen tratando de identificar también a estos jóvenes, porque aunque el tapón ya estaba formado cuando se tiraron algunas bengalas, puede que el ruido de petardos sí asustase a algunos asistentes que quisieron salir al exterior y la avalancha en el vomitorio principal fuera aún mayor. En aquel escaso pasillo de apenas 13 metros de largo por tres de ancho se han centrado también varias pequisas.

Allí, muchos de los jóvenes afectados por el aplastamiento perdieron algún zapato, que ha sido recogido por la Policía. Los agentes han comprobado también la «famosa» puerta que daba al lateral del vomitorio, cuyo marco fue arrancado de cuajo mientras se produjo el colapso, para sacar por allí a la gente. Muchos apuntan a que, aunque muchos se salvaran gracias a que los sacaron hacia este cuarto, muchos quisieron llegar a él para salvarse aplastando a quienes tenían debajo. Es decir, que la gente se puso aún más nerviosa por salvarse y pudo provocar un daño mayor a quienes estaban atrapados debajo de un montón de personas.

Las mismas fuentes apuntan que la enfermería del lugar, paradójicamente, sí estaba bien señalizada. Un servicio médico privado, contratado por la empresa organizadora Diviertt, que sólo estaba formado por dos médicos y dos ATS. Se vieron desbordados claramente por los hechos y cuando se percataron de lo que ocurría dentro llamaron al Samur.

Por otra parte, el titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, recibirá en los próximos días un domumento presentado por el sindicato policial SUP que acreditaría que el Madrid Arena no tenía licencia de funcionamiento en 2006, cuando ya se denunciaron los hechos tras un partido de baloncesto. Una portavoz de Madrid Espacios y Congresos aclaró ayer que los edificios municipales no necesitan esta licencia.