España

Sin miedo a la palabra cáncer

«Es una pausa en mi vida que, desde luego, estoy segura de poder superar», asegura una enferma 

carmen fabre (57 años) La diagnosticaron cáncer de mama. Decidió aceptar la enfermedad y vivir con ella. Ahora ayuda a otras mujeres que están pasando por el mismo trance a través de la asociación Ascamma, de la que es secretaria.
carmen fabre (57 años) La diagnosticaron cáncer de mama. Decidió aceptar la enfermedad y vivir con ella. Ahora ayuda a otras mujeres que están pasando por el mismo trance a través de la asociación Ascamma, de la que es secretaria.larazon

El cáncer es la principal causa de muerte en España (104.000 personas al año) después de las cardiopatías, y su incidencia sigue aumentando. Y no sólo en nuestro país. Cada año, 12,7 millones de personas en el mundo descubren que padecen la enfermedad, según los datos que difundió ayer la OMS con motivo del Día mundial de la enfermedad. Ahora bien, la buena noticia es que la mitad logra plantarle cara y vencer el miedo terrorífico que supone escuchar un diagnóstico de cáncer por boca de un especialista.

Las pruebas demuestran que es posible prevenir entre el 30 y el 40% de las muertes, y que una tercera parte puede curarse con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. En definitiva, es posible salir del cáncer. O si no que se lo digan a Juan Cintas y a su hija Aradia, a la que diagnosticaron un cáncer de pulmón a los 12 años. Después de dos angustiosos años, Aradia (ahora con 14 años), está recuperada.

Juan no olvida la travesía infernal que ha padecido hasta llegar a decir hoy que su hija ya está bien. «Durante dos años he vivido sin saber si iba a salir adelante porque en el Hospital Gregorio Marañón, donde ha estado ingresada, he acudido a doce entierros de otros niños que se encontraban en circunstancias similares». Juan se estremece cuando lo recuerda y para repetidamente en su discurso para tomar aliento. «A mi hija la ingresamos pensando que tenía una neumonía y un cirujano que se había criado conmigo fue el que me dio la terrible noticia. Aradia no ha tenido adolescencia. He tenido que preguntarle con doce años si quería ser madre por los efectos que la quimioterapia podría generarle si en el futuro pensaba tener hijos. Con un profundo dolor he hecho el payaso hasta provocar que mi hija me mandara callar. Y es en ese momento cuando me sentía contento de que mi pequeña no pensase durante al menos un minuto en su enfermedad». Pero la cara más positiva de su terrible experiencia también se abre paso con fuerza. «Si digo que mi vida no ha cambiado, miento.

Antes era de esos de los que iban conduciendo y hasta salía del coche cuando me pitaban; ahora levanto la mano y pido perdón tenga o no la culpa. Y lo que es más importante, he aprendido a querer a mi mujer y a estar más unido que nunca a ella. Nos miramos y sabemos lo que está pensando el otro. Y mi hija, nos ha dado una lección de entereza a todos. Creo que es una persona especial. Hoy fui con ella a una revisión al traumatólogo y aprovechó para subir a la planta de Oncología para preguntar si necesitaban algo. Yo creo que ha encontrado su camino: quiere que ningún niño sufra, y en eso va a poner todos sus esfuerzos en la vida. Estoy seguro».

Del brazo de un enemigo
Carmen Fabre tiene 57 años, es profesora en los Escolapios de Pozuelo (Madrid) y sabe desde hace un año lo que es vivir con un cáncer de mama. «El 2 de diciembre de 2009, una lotería que nunca quisieras que te hubiese tocado me cayó a mí. Decidí inmediatamente compartirla y aceptarla, primero conmigo misma y luego con todos los que me rodean. La mayor parte me han acompañado y los que no –que también los ha habido– No merecían la pena».

Carmen tiene claro que el cáncer «es una pausa en mi vida, que desde luego estoy segura de superar. Voy cada día del brazo de un enemigo al que tengo de compañero de viaje, está a mi lado, pero no le dejo ni por un momento que me adelante, tampoco le ignoro, está ahí, tiene que ir conmigo a la par durante un cierto tiempo para luego marcharse. No tengo que cabrearme con él porque es lo que quiere, poderme, y no lo va a conseguir. Tengo lo mejor, tratamiento, comprensión y compañía».

Ahora está volcada en la asociación Ascamma, de la que es secretaria. Se ha implicado en un voluntariado de ayuda a otras mujeres que han pasado por lo mismo que ella. «Tenemos muchas ganas de luchar y necesitamos socios», dice.

La OMS recordó ayer que una vida más saludable ayuda a prevenir el 30% de los tumores malignos, es decir, tres millones de fallecimientos en todo el mundo y 41.000 en España.
Así, el ejercicio, la dieta equilibrada, no fumar y protegerse del sol son los mejores aliados para evitar la enfermedad.