Bruselas

El BCE controlará sueldos y dividendos de la banca

La Razón
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MADRID- La última cumbre ha despejado las dudas sobre el rescate de los bancos españoles, pero ha dejado sin resolver algunas incógnitas, particularmente las referidas a las condiciones que se impondrán a los bancos que acudan a este mecanismo de rescate. Porque, como dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, «nada es gratis». Habrá que esperar a la redacción final del «Memorandum of Understanding» que firmarán España y la UE para conocer los detalles de la ayuda y las condiciones. El próximo día 9, en la reunión del Eurogrupo, los ministros de Economía tienen previsto perfilar más el acuerdo, con los plazos de la línea de crédito, el tipo de interés, los años de carencia...

Nada que ver con Irlanda
A falta de éstos, lo que ha quedado claro es que las ayudas a la banca española nada tendrán que ver con el rescate de Irlanda, provocado por los problemas de su sector financiero. Las ayudas, solicitadas por su Gobierno, convirtieron a Irlanda en el segundo país rescatado tras Grecia. Desde entonces, noviembre de 2010, su política económica ha sido controlada por Bruselas, algo que no ocurrirá con España.

En este caso será el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) –después MEDE– el encargado de capitalizar la banca española a través de bonos que inyectará en el FROB, al que podrán acudir las entidades que lo necesiten. Los bonos del FEEF podrán ser canjeados por capital en el Banco Central Europeo.

Para la puesta en marcha de este mecanismo, es necesaria la creación de un supervisor bancario europeo a cargo del BCE, que no estará operativo hasta finales de este mismo año o principios de 2013. Pero la banca española no conocerá de forma individualizada sus necesidades hasta finales de septiembre, cuando se publiquen los informes de Economía.

La solicitud de ayuda para el sistema financiero español lleva implícita una pérdida de soberanía para las entidades que la soliciten. Bruselas podría fijar la retribución a los accionistas por dividendos, los sueldos de los directivos, la obligación de vender la empresas participadas o la obligación de establecer fusiones.