Policía moral por Lucas HAURIE

Que una operación en las tetas haya dejado de ser un instrumento terapéutico para convertirse en una moda y esté en vías considerarse un bien de primera necesidad es un síntoma del desplome moral de nuestra sociedad. No hay color entre el roce arrebatador de una puatrín moldeada por la madre naturaleza y el plástico sucedáneo de esos senos de pega que implantan pagando, encima, un ojo de la cara. Pero el mal gusto no es ilegal y sólo perjudica a quien se lo aplica e inflige a sus allegados. De hecho, tengo un vago recuerdo de anteanoche pero no sabría decir si fue un sueño pero esa turgencia es imposible de imitar. ¿A qué viene llamarse a andana por una rifa cuyo premio era una cirugía estética? Mucho más perjudiciales, además de peligrosos para la estabilidad psíquica de la audiencia, son los recitales de sevillanas de los coros rocieros y no interviene la autoridad para impedirlos. La tendencia del poder a interferir en las costumbres de los ciudadanos es molesta tanto si viene de la progresía cursi como si lo hace la derecha meapilas. El hedor a pis es idéntico, independientemente de su procedencia. En Arabia Saudita hay una policía moral. En Sevilla, también. Sexista o pecaminoso, quizás. De pésimo gusto, seguro. Pero ponerse tetas es legal.