Baloncesto

Buenos Aires

Distinto dolor

La Razón
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Ha sido más dolorosa la derrota de la selección de fútbol en Buenos Aires que la eliminación de la de baloncesto en Turquía. La futbolística fue batida en partido amistoso, y pese a ello, ha dolido más que la padecida frente a Serbia que tuvo la fortuna y el acierto de ganar con un triple desde ocho metros. En estas cuestiones conviene no hacer comparaciones porque el ámbito de lo balompédico es muchísimo más amplio que el baloncestístico. Cuando el equipo dirigido por Pepu obtuvo el título mundial hubo alegría y celebraciones. Lo del fútbol sobrepasó cualquier cálculo optimista. Media España salió a la calle. En los pueblos, en las ciudades y las capitales el entusiasmo general jamás había alcanzado niveles similares.

La diferente emoción que transmiten ambas selecciones es la que lleva a considerar más hiriente lo sucedido en Buenos Aires. Ya nos creíamos invencibles y parecía factible ganar a un equipo del que había desaparecido el peso muerto de Maradona. Sin él, el equipo argentino creció. Del Bosque aceptó sin rechistar el bolo, y por sus ganas de complacer, hizo alineaciones que en modo alguno podían enfrentarse con ventaja a quienes deseaban reivindicarse tras el Mundial.

Contra un equipo como el argentino España debe jugar con los mejores. Visto lo sucedido, y pese a que algunos lo ven de otra manera, soy del parecer de que la selección sin Xavi es menos campeona. Se demostró en Buenos Aires. Pese a ello Del Bosque no está cuestionado y Scariolo, sí.