Disturbios
La trágica vida (y muerte) de Pilar
MADRID- Había salido en la prensa hace casi dos años. Su hermana Reyes murió calcinada la noche del 12 de enero de 2010 mientras dormía con su novio en una chabola de Leganés. Ocurrió en la calle Cobre y ella fue una de las indigentes de ese pequeño asentamiento realojadas por el Ayuntamiento en el hostal Rico e incluso llegó a posar para este periódico uno de esos días. Pero no fue ésa su única desgracia. La vida nunca se portó bien con Pilar Nalgo.
Llegó hace cinco años de Ferrol con el que entonces era su novio y estuvieron un tiempo viviendo en una pequeña habitación alquilada. Pero los desahuciaron y se «instalaron» en la calle. El joven murió poco después de sida y ella empezó a cuidarse menos que nunca. Al poco, llegó su hermana y se mudaron a las chabolas de la calle Cobre. «Desde que pasó lo de Reyes, no levantaba cabeza», explicó ayer José Carlos, que compartió miserias con ella durante un tiempo. Si antes ya le costaba, desde entonces, no encontraba sentido alguno a su vida. Estaba enferma, tenía cirrosis, no se dejaba ayudar ni quería dejar de vivir en la calle y había abandonado totalmente un cuerpecito que fue menguando a base de penas y mala vida. Dicen que ya no comía, sólo bebía y encontraba la calma a base de tranquimazín. «Llevaba unos días muy delgada y con la barriga muy hinchada. Estaba muy mal, ni hablaba casi», asegura su amigo. Pilar tenía, además, una orden de alejamiento de su último novio, un joven polaco llamado Andres que ayer contaba lo ocurrido a José Luis en el comedor social de Paquita Gallego. «Él –por Andres– y otro amigo estuvieron "de fiesta", pero ella se quedó dormida. Dicen que le echaron agua y, como no se despertaba, se inquietaron y llamaron a la Policía». Eran las 4:48 horas del miércoles. A Pilar la muerte también la sorprendió de madrugada, como a su hermana Reyes y a apenas un kilómetro de donde falleció ésta. Una UVI móvil del Hospital Severo Ochoa llegó al chamizo pero los facultativos sólo pudieron certificar la muerte de la joven, de 33 años.
«Todos cobrábamos ya la RMI (Renta Mínima de Inserción), pero ella no supo aprovechar la oportunidad. Yo creo que ya no quería, le daba todo igual», zanjó su amigo.
Por su parte, la concejala de Asuntos Sociales del Gobierno local (PP), María Dolores Montoro, anunció ayer la apertura de un centro de acogida para indigentes de la localidad, un proyecto que el PP ya había solicitado miestras estaba en la oposición tras el incendio de la calle Cobre.
¿Pudo cambiar su destino?
Los trabajadores sociales del Ayuntamiento de Leganés se habían entrevistado con Pilar hasta en 105 ocasiones, la última el 21 de septiembre. Aseguran que no siempre aceptaba las ayudas propuestas y prefería seguir en la calle. También fue atendida por el Centro de Atención a Drogodependientes, Cáritas, Cruz Roja o el centro «Los Almendros», entre otras organizaciones.