«Hemos perdido la esperanza de saber dónde está el cuerpo de nuestra hija»

Sevilla- Junto al tío y el abuelo maternos, ayer era la tercera vez que el padre de Marta del Castillo, Antonio, acudía a los juzgados durante el juicio contra «El Cuco», esta vez como testigo y todavía con una leve esperanza de que surgiera alguna pista sobre el paradero de su hija. Era la primera vez para la madre, Eva Casanueva, y quizás por eso todavía pensaba que «alguno de ellos se derrumbará». Acabada esta tercera jornada del proceso, difícilmente podía la pareja mantener el ánimo: «De este juicio no vamos a sacar nada nuevo. La ilusión y la esperanza de saber dónde está el cuerpo la hemos perdido». Ambos saben que ya poco más se puede hacer y que sólo pueden esperar al juicio de los cuatro acusados adultos: Miguel Carcaño, Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado y María García. Aun así, el procedimiento que se sigue contra «El Cuco» puede considerarse una prueba superada para los padres de Marta, sobre todo para la madre, que siempre ha preferido sobrellevar el sufrimiento en soledad, en su hogar, junto a los suyos y alejada de estos bulliciosos momentos. «He estado fuerte durante la declaración, que es lo que yo quería, los nervios los dejamos para casa», explicó Eva Casanueva. Al menor encausado le describió como «un individuo muy esquivo», aunque su hija siempre le había tratado «con mucha ternura» porque era el más pequeño de su grupo de amigos. Dentro de la sala, quiso mirar a los ojos de «El Cuco», pero «no nos dio la cara, sólo la espalda. Aun así –relató una vez concluidas las declaraciones–, al levantarse y sentarse pude verle la cara. No se me va a olvidar jamás. No ha cambiado: tiene la misma cara que cuando tenía 14 años». A las puertas de la Audiencia Provincial de Sevilla volvieron a concentrarse miembros de la Plataforma Todos Somos Marta –más tranquilos que en días anteriores– y también la madre de Sandra Palo, María del Mar Bermúdez, quien mostró su apoyo a la familia de la joven sevillana y calificó de «irrisoria» la pena de seis años de internamiento seguidos de tres años de libertad vigilada a la que se enfrenta «El Cuco». «Eso no es una condena, son unas vacaciones», sentenció.