Literatura

Valencia

«Un premio no hace mejor una novela A veces es cuestión de suerte»

«La vida son dos días y hay que vivirla lo mejor que se pueda»

«Un premio no hace mejor una novela. A veces es cuestión de suerte»
«Un premio no hace mejor una novela. A veces es cuestión de suerte»larazon

VALENCIA- Carmen Amoraga (Picanya, 1969) presentó en Valencia «El tiempo mientras tanto» la novela que la ha consagrado como una escritora relevantes. Se muestra agradecida por el apoyo de todos los que la quieren y analiza en esta novela, llena de sentimientos, las reacciones surgidas ante el coma irreversible de la protagonista, María José. Amoraga, que inició el libro cuando estaba embarazada, resalta que lo positivo de la historia es que siempre «se puede cambiar».

–Finalista entre 500 obras ¿cómo se siente?
– Estoy segura de que había grandes novelas. Pienso que lo de presentarse a un premio, es una garantía de que te van a leer y vas a tener un informe profesional de las personas que trabajan para una editorial. Siempre que me he presentado ha sido en busca de ese informe. Pero creo que esas novelas eran tan buenas como la mía e incluso mejores. Un premio no hace mejor o peor a una novela, muchas veces es cuestión de suerte.

– ¿Cómo es la promoción al lado de alguien como Eduardo Mendoza?
–Después de compartir tanto con él, voy a ser mejor escritora y, me atrevería a decir, que mejor persona. Porque Eduardo es un gran escritor y una persona estupenda. Además, estoy aprendiendo mucho de él.

– ¿Cómo definiría El tiempo mientras tanto»?
– Es una novela que tiene muchas novelas dentro. Cada lector se va a sentir identificado con una parte. Es muy coral. Es una historia de saber evolucionar en la vida y en la que los personajes llegan todos a la misma conclusión, que yo comparto, y es que la vida son dos días y hay que vivirla lo mejor que se pueda.

– La novela tiene como punto central el coma de una mujer cuya relación con su madre es muy conflictiva ¿de dónde surge este planteamiento?
– Inicié la novela cuando estaba embarazada y pensé que quería que la relación de mi hija conmigo fuera igual que la que yo he tenido con mis padres. En ese momento me di cuenta de que, aunque mi relación con ellos había sido muy buena, también había sido injustísima. En general, a los padres los únicos sentimientos que les atribuimos son los parentales y eso supone una incomunicación personal muy importante.

– Afirma que su libro reivindica las segundas oportunidades.
–Creo que el error está criminalizado. Hay que equivocarse para aprender y hay que sufrir para sentir. Si no te equivocas, no puedes aprender, pero si te equivocas y te criminalizan, ya no puedes demostrar que has aprendido. Yo reivindico las segundas oportunidades, y las terceras y las cuartas.... Cada persona tiene su límite. Si a la primera zanjamos el tema, cometemos un error irreparable.

–¿Es este libro un testamento literario para evitar que la relación con su hija sea como la que cuenta en la novela?
– No es solo para mi hija, sino también para mi madre. Mi madre se lo está leyendo y creo que me ha conocido mejor a través de los libros.

– ¿Y después del Planeta qué?
– Seguir trabajando y seguir disfrutando con la literatura. Escribir es una de las cosas que más feliz me hace.