El PP forzará que Chacón informe al Congreso de los ataques talibán

El PP no se conforma con seguir esperando a que el presidente del Gobierno cumpla por fin con su compromiso de comparecer en el Pleno del Congreso para informar de la situación de las tropas españolas desplazadas en Afganistán. Por dos veces ha anulado esa comparecencia. En la última ocasión fue porque la sustituyó por el debate sobre el tijeretazo para recortar el déficit público. Tal y como está el calendario parlamentario, es muy posible que el Gobierno apure los plazos para dejar en suspenso esa difícil cita de Rodríguez Zapatero hasta después del verano. Por ello, y ante las alarmantes informaciones que se han conocido en los últimos días, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha dado luz verde para que se registre la solicitud de comparecencia en comisión de la ministra Chacón, con el objeto de que aclare todas las «preocupantes incógnitas» sobre la naturaleza de la operación militar que están realizando nuestros soldados en el cada vez más complicado avispero talibán.El PP considera urgente que la ministra informe en sede parlamentaria de los 60 ataques talibán a las tropas españolas sobre los que hasta ahora, como adelantó ayer LA RAZÓN, ha guardado silencio. Quiere también aclaraciones puntuales sobre las bases avanzadas más allá de la base principal para controlar el dominio insurgente y de las que se ha tenido conocimiento por la OTAN, y no por el Gobierno español, según denuncia la portavoz en Defensa del PP, Beatriz Rodríguez Salmones. Chacón acudió el pasado 17 de febrero al Parlamento para explicar las circunstancias del atentado terrorista en el que murió el soldado español John Felipe Romero y otros seis resultaron heridos. También aprovechó para solicitar formalmente el respaldo de la Cámara al envío de otros 511 efectivos más. En su prolija y detallada intervención no dijo ni una palabra de los destacamentos de militares desplazados para controlar la llamada ruta «Lithium», operativos en principio desde el 12 de abril. Para que estas dos bases pudieran estar en funcionamiento para esa fecha el Estado Mayor de la Defensa debía estar ya trabajando en su implementación cuando la ministra pidió autorización al Congreso para incrementar el contingente desplazado a Afganistán. El PP habla de «voluntad de ocultación» y de «engaño» sobre la naturaleza de la misión. Y exige, asimismo, a Defensa que explique de manera inmediata la situación de los soldados movilizados en los puestos de «los que se supo por la fotografía que el general McCrystal se hizo en uno de ellos», según subraya Rodríguez Salmones. «A nosotros nos llega la información de que viven como en Vietnam, pero no tenemos ninguna versión oficial». El PP quiere saber cuántos son los efectivos movilizados, qué medios tienen y a qué peligros se enfrentan. A estas quejas añade una última: que el Gobierno rompió el domingo con la práctica habitual de informarle personalmente de las bajas que se producen en nuestro contingente. Hasta ahora Defensa se había puesto en contacto con el principal partido de la oposición antes de hacer pública cualquier incidencia. Si era grave, la interlocución la ha llegado a tutelar la propia ministra. Si no, la gestión la realizaba su jefe de Gabinete o su asesor parlamentario.Sin embargo, el domingo fue el PP quien tuvo que dirigirse al Ministerio cuando supo, a través de los medios de comunicación, de la emboscada en la que dos cabos españoles habían resultado heridos, afortunadamente sin gravedad.

Emboscada por varios frentes con fusiles y potentes armasLos militares españoles que sufrieron el domingo una emboscada cuando patrullaban por la región de Sang Atesh, en la provincia afgana de Badghis, recibieron disparos de fusiles y de armas de mayor calibre desde varios frentes, según informaron a Ep fuentes conocedoras del enfrentamiento armado. El grupo de insurgentes, cuyo número no ha podido ser determinado, huyó de la zona cuando las tropas españolas se defendieron abriendo fuego contra los puntos desde los que recibían disparos. Como es habitual en estos combates puntuales, los atacantes escaparon en cuestión de minutos en varias motocicletas de baja cilindrada, con una pareja de asaltantes por ciclomotor. En la zona de responsabilidad de los militares españoles, los terroristas y talibán suelen ir armados con fusiles de asalto AK47, los conocidos «Kalashnikov».