Bruselas

Revisar las relaciones con Bruselas

La Razón
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Se acaba el primer trimestre del año entendido en sentido amplio, que va desde las fiestas navideñas hasta la Semana Santa. A la hora de hacer balance se constata que uno de los principales objetivos de los responsables del Ministerio para este periodo, que era conseguir la puesta en marcha de la operación de ayuda al almacenamiento privado de aceite de oliva, no se ha logrado.
La semana pasada los representantes de la Comisión Europea volvieron a dar con la puerta en las narices a la delegación encabezada por Rosa Aguilar, aunque, eso sí, Ciolos dijo que continuaría estudiándolo.
En resumidas cuentas, que los de Madrid llevan varios meses insistiendo en la petición, afirmando aquí en España que la cosa ya está hecha, mientras que los de Bruselas dicen que de eso nada, que no se cumple la reglamentación comunitaria, aunque siempre dejan la puerta abierta a la esperanza porque anuncian que seguirán con su estudio.
De lo anterior se deduce que hay algo que no funciona en las relaciones con Bruselas. Puede que haya falta de comunicación, pero la realidad es que la delegación presidida por Rosa Aguilar ha vendido, no en una ocasión, sino en varias, la piel del oso antes de haber cazado el animal. Mientras tanto, por lo menos en público, el comisario siempre ha dicho lo mismo: que no se cumplía la normativa y que no podía ser.
En cualquier caso, y ya no solamente para que no se vuelva a repetir lo que ha pasado, sino pensando en el futuro y en las negociaciones para reformar la PAC, resulta necesario poner coto a esta situación y encarrilar las relaciones con la Comisión Europea.
Cabría pensar que, dado que está allí como número dos un español, José Manuel Silva, las cosas serían más fáciles. Nada más lejos de la realidad, porque éste va a lo suyo, que es lo que ha hecho siempre. Aunque también cabe la posibilidad de que a los que haya echado una mano sea a los franceses y que, por eso, le han condecorado.