Asia

Moscú

La limpieza étnica amenaza Kirguizistán

Cerca de 200 muertos por los choques entre kirguizos y uzbekos

Mujeres uzbecas, en un campo de refugiados en la ciudad de Osh
Mujeres uzbecas, en un campo de refugiados en la ciudad de Oshlarazon

Pekín- Decenas de miles de ciudadanos de etnia uzbeca han escapado en las últimas horas de Kirguizistán, huyendo de la ola de violencia que se ha desatado en el sur del país y en la que han muerto ya entre 117 y 200 personas. El número de heridos se elevaría por encima del medio millar. Mujeres, ancianos, niños, hombres con heridas de bala y familias enteras arrastrando los trastos rescatados de la quema atraviesan la frontera buscando refugio en el vecino Uzbekistán, la república donde su etnia es mayoritaria.

Atrás dejan Kirguizistán, una pequeña república de Asia Central que perteneció a la Unión Soviética y que ha vivido sucesivas crisis políticas desde su independencia en 1991. Ahora la situación se despeña hacia un escenario incierto, en el que no se descarta una guerra civil o incluso un conflicto armado con Uzbekistán.

La situación empeoró en abril, cuando una violenta revuelta acabó con el mandato del presidente Bakiev e instaló un Gobierno provisional apoyado desde Moscú. Bakiev llegó al poder hace cinco años durante la «Revolución de los Tulipanes», aplaudida en un primer momento desde Occidente como un movimiento democrático y pro occidental en plena trastienda rusa. Bakiev, sin embargo, puso en marcha un régimen cada vez más autoritario que fomentó los tratos de favor a amigos, familiares y clanes cercanos, aumentando la inestabilidad.

Durante unos meses y tras perder el poder, Bakiev se instaló en el sur del país, donde residen la mayoría de sus apoyos y donde se han iniciado los enfrentamientos con la minoría uzbeca, cuyas causas reales son desconocidas.

Hace años que el odio ha estado latente en el valle de Fergana, pero hasta ahora se convivía de manera pacífica. Según muchos analistas, el brote de violencia ha sido provocado y ha desencadenado episodios de limpieza étnica ante la pasiva mirada del Ejército.