La poesía visual de Mona Hatoum

BARCELONA- Mona Hatoum, la ganadroa de la tercera edición del Premio Joan Miró, otorgado el pasado año, es la protagonista de una importante exposición. El escenario no podía ser otro que el de la Fundació Joan Miró de Barcelona donde, bajo el comisariado de Martina Millà, se han reunido algunas de sus piezas más destacadas, entre instalaciones, vídeos, esculturas y fotografías.

Hatoum es mostrada en esta retrospectiva desde un nuevo punto de vista, invitando al espectador a una lectura mucho más compleja de su particular universo artístico. Para ello se establece un diálogo entre las corrientes artísticas que le han interesado, como el surrealismo, el minimalismo, el arte povera el «body art», el «land art» o el «site-specific art». Todo ello representado a partir de más de cuarenta piezas, una de ellas realizadas expresamente para la Fundació Miró.

Suspendidos en el aire
El recorrido se abre con dos trabajos suspendidos en el aire y sorprendentes. Por un lado está «Web», una especie de telaraña de formas delicadas. Como contrapunto, «Suspended», una instalación formada por 35 columpios en cuyos asientos se tallaron mapas de varias grandes ciudades, una manera de trazar una metáfora del constante flujo migratorio que tiene lugar en todo el mundo.

En otro rincón de la Fundació Miró, en el patio del olivo, Hatoum instaló «Hanging garden», un muro construido a partir de sacos de arena en los que brota hierba. Así la artista quiere referirse al conflicto permanente que tiene lugar en varios sitios del planeta.

Igualmente destaca la gran escultura titulada «Globe», una importante esfera creada a partir de gruesas rejas de acero que recuerdan los barrotes de las prisiones medievales. Como contrapunto haya otra voluminosa obra, «Cube (9 x 9 x 9)», una elegante escultura cúbica a gran escala, realizada a partir de varios cubos más pequeños de alambrada. La estructura del proyecto, con su pulcra reja modular, logra crear un muy llamativo visual que sirve de respuesta a la naturaleza agresiva del material.

El espectador se encuentra a lo largo de la muestra con diferentes juegos de contrastes. Uno de los más sobresalientes es el movimiento incesante de «+ and –», un arenal circular con un brazo motorizado que dibuja en la superficie y después borra sus trazos. Esto choca con la quietud de «Turbulence», una alfombra cuadrada de canicas de distintas medidas.