Asturias

Modelo Cospedal

La Razón
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He tenido ocasión de comentar y escribir en más de una ocasión que María Dolores Cospedal es una mujer brava y valiente, que se crece ante la dificultad, no tiene miedo a los retos, y exhibe una gran personalidad, profesionalmente a la altura de cualquiera de sus oponentes. Cuando Mariano Rajoy la eligió secretaria general acertó de pleno, y lo ha demostrado estos años abordando asuntos internos complicados, sin importar si éstos se llamaban Gürtel o Mallorca, Asturias o Navarra. Pese a las zancadillas que muchos le pusieron y a la sibilina tarea de erosión planteada por ciertos sectores, se ha consolidado como una secretaria general eficaz, firme y resolutiva, mujer dura a la que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones complicadas, por difíciles que resulten.

Ese mismo tesón le llevó a insistir como candidata en Castilla-La Mancha, pese a haber perdido por la mínima en una primera ocasión con su oponente Barreda. Le dijeron que era tarea imposible, pero persistió y lo logró, tras más de treinta años de régimen socialista en la región. Y lo hizo compatibilizado su tarea de candidata con la secretaría general, que en ningún momento se ha resentido por lo anterior.

Alcanzada la mayoría manchega, lo que allí se ha encontrado es de sobras conocido: 1.742 millones de euros en facturas sin pagar, desequilibrio contable de casi el cinco por ciento (el límite era 1,3), el presupuesto entero consumido en el mes de abril en muchas consejerías, y la deuda pública autonómica más alta del país. Tal desbarajuste exigiría responsabilidades oficiales a algunos de los anteriores gestores, pues los políticos deben acostumbrarse a gestionar con diligencia los recursos, y lo que en esta región se ha estado haciendo ha de ser examinado

Cospedal no se ha dejado abrumar por el escenario y ha aprovechado las vacaciones de agosto para articular un plan global que, sin duda, puede servir de modelo a otras autonomías sobre qué hacer en tiempos de crisis. El recorte, duro y drástico, es absolutamente necesario. Y nada fácil de cumplir. Algunas de las propuestas (eliminación de organismos y cargos, reducción de gastos en alquileres, cierre de publicaciones, menos subvenciones, etcétera), no presentan mayor complicación, pero sí otras como la venta de edificios y empresas, porque en el actual escenario no será fácil encontrar compradores. Por eso mismo la presidenta debe ahora centrarse al cien por cien en procurar que este plan salga adelante, pues cualquier error será usado por sus enemigos, que son los del PP.

Cospedal es hoy por hoy la número dos del Partido Popular y tenía que enviar a su partido y a la sociedad española entera el mensaje claro de que las cosas se pueden y se deben hacer de otra manera. Siguiendo el ejemplo de Aznar otrora en Castilla y León, ha actuado como debía y se esperaba de ella. Ahora hay que cumplirlo. Salvo errores puntuales en algún nombramiento y el inadecuado enfoque inicial del conflicto farmacéutico, la presidenta regional está cumpliendo. Todo el mundo habla ya del «modelo Cospedal».