Navarra

Seis décadas de sangre y terror por Carmen GURRUCHAGA

ETA surge a finales de los años 50 y la integra un grupo procedente de las juventudes del PNV, insatisfecho por la escasa belicosidad que sus mayores mostraban contra el franquismo.

Sobre estas líneas, las primeras víctimas de la banda terrorista
Sobre estas líneas, las primeras víctimas de la banda terroristalarazon

Durante una década, sus acciones no contemplaban la utilización de la violencia y se limitaban a colocar ikurriñas en lo alto de un monte, en la torre de una iglesia... Una de sus «hazañas» más espectaculares sucedió un verano en San Sebastián, con Franco en el palacio de Aiete (el que sirvió el lunes para la pantomima de la conferencia) y su barco, el Azor, anclado en la bahía de La Concha. Durante la noche, unos etarras rodearon el buque de capas de madera flotando sobre el agua, pintadas con consignas a favor de la libertad de Euskadi.

Diez años más tarde, la organización terrorista empieza a pensar en usar la violencia y planea el asesinato de Melitón Manzanas, comisario de Irún con fama de torturador. Cuando la banda ya había tomado formalmente semejante determinación, uno de los dirigentes de la banda, Xabi Etxebarrieta se topa casualmente en Tolosa, a la altura del caserío Benta Haundi con el guardia civil Pardinas. El etarra temía que en caso de ser detenido «cantara» y se descubriera el atentado planeado, por lo que dispara y asesina al agente. Éste fue el primer asesinato de ETA. Meses más tarde, en agosto, lleva a cabo el atentado contra el comisario Manzanas, en lo que supuso el primer atentado planificado. Quienes intervinieron en el mismo se conjuraron para no confesar quién había sido el autor material. Ocho años antes, en 1960, muere Begoña Urroz, un bebé de 22 meses cuyo asesinato nunca ha reconocido la banda. Durante esos años, ETA contaba con el favor de gran parte de la sociedad que aplaudía sus acciones con el asesinato de Carrero Blanco en diciembre de 1973.

Impuesto revolucionario
En esos años nace el llamado impuesto revolucionario, ideado por Juan José Etxabe, ante la negativa de los empresarios vascos a colaborar económicamente y de forma voluntaria con la banda. En 1974 se produce una escisión y la banda se divide en ETA político-militar, los más izquierdosos, politizados y más salvajes, y en ETA militar, más nacionalistas e independentistas. Los atentados más graves, como el de la calle Correo, en Madrid, pertenecen a los «polimilis».

En 1975 muere Franco y se produce la llamada Transición de la dictadura a la democracia. Tiene lugar una amnistía en la que durante un día no hubo ningún etarra en las cárceles españolas; también tuvo lugar una negociación con el Gobierno de la UCD y Rosón como ministro del Interior con el resultado de que en 1981 un sector de ETA político-militar anunció públicamente, en un frontón de Biarritz, el abandono definitivo de las armas. Quienes no estuvieron de acuerdo con esa decisión, los mas sanguinarios, se incorporaron a ETA militar, y la década de los años 80 fue la mas dura con 100 asesinatos por año. Francia, que había sido el santuario de los etarras, empezó a colaborar débilmente con España en 1985, cuando por primera vez detuvo a la cúpula. Un año antes, los aparatos del Estado habían organizado los GAL para asesinar a miembros de ETA en territorio francés. Este grupo terrorista legitimó a ETA ante su gente, pero también logró que Francia colaborara a cambio de que los GAL dejaran de actuar en territorio francés. El Gobierno galo expulsa de su territorio a la mayor parte de los dirigentes de la banda y entrega a España a otros muchos, rescatando una ley de la época del nazismo. En la década de los 90 ETA mantiene una lucha interna y finalmente ganan los duros que, casualmente, son los «polimilis» que en 1981 no quisieron abandonar la actividad terrorista y que son los que ahora han propiciado el proceso con Zapatero: «Josu Ternera», Otegi, Diez Usabiaga, Mujica Garmendia... Estos tipos deciden ampliar los objetivos de la banda, «socializan el sufrimiento» en sus propios términos y políticos, periodistas, intelectuales... es decir, toda la sociedad pasa a ser su posible víctima.

Es entonces cuando asesinan a Gregorio Ordóñez y Miguel Ángel Blanco, secuestran a Ortega Lara y decenas de miles de vascos se ven obligados a abandonar su tierra. La historia mas reciente es de sobra conocida. En 2004 el Gobierno de Zapatero inicia una negociación que tiene su punto culminante en el encuentro internacional del lunes en San Sebastián y el comunicado de ayer de la banda en el que vuelve a pedir una negociación con el Gobierno. Sus exigencias hasta la fecha han sido la reunificación con Navarra, el derecho de autodeterminación y la vuelta a casa de presos y exiliados.

Carmen GURRUCHAGA