Europa

La crisis del euro

El BCE inmovilizado por Carmen Gurruchaga

La Razón
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España no puede seguir financiándose al 7% mientras que otros países de la Unión Europea lo hacen al 1% o al 0%. Esta afirmación, aunque no deja de ser una perogrullada, no es asumida por algunas entidades en Europa que o bien no la entienden o desean enviar a España al infierno con este Gobierno. Y aclaro la afirmación de «con este Ejecutivo», porque con el anterior, el de Zapatero, el Banco Central Europeo (BCE) compró deuda española en el mercado secundario para evitar que el país se desplomara.
 
En cambio, ahora, el presidente de la entidad asegura que no está para solucionar los problemas financieros de ningún país. Cabría preguntarle para qué está, pues lo lógico sería que se implicara y ayudara a estabilizarse a las naciones que lo necesitaran, porque España está cumpliendo con sus compromisos. En cualquier caso, el Ejecutivo de Rajoy ha decidido desplegar una amplia ofensiva diplomática para frenar el acoso que está sufriendo la deuda española y explicar que España ha hecho los deberes y que, en lugar de que fuera de nuestras fronteras sea reconocido el esfuerzo del país, parece que está siendo duramente castigado. Por eso, tenía razón García- Margallo, titular de Exteriores, cuando el pasado fin de semana criticó a «algunos especuladores» que quieren trasladar una mala imagen de España para hacer dinero. Para paliar esa falsa mala imagen, De Guindos irá a Fráncfort para entrevistarse con su homólogo alemán, mientras tanto la cocina económica de Moncloa está manteniendo conversaciones con los gobiernos estadounidense, francés y alemán.

Pero quizás, el encuentro en el que Mariano Rajoy tiene puestas más esperanzas es en el del 2 de agosto con Monti en la capital española, pues de ahí puede salir una estrategia conjunta que incite a Merkel a decir al BCE que empiece a moverse. Antes de que estemos colgados del precipicio.