Balón de Oro
Ribéry pura raza
Un accidente le provocó los 100 puntos de sutura en el rostro
Franck Ribéry (Bolougne-sur-mer, 7/4/1983) sería titular indiscutible en un once europeo de «bad boys». Como Balotelli, Rooney o Ibrahimovic, el astro francés combina un talento infinito con un carácter muy marcado. En su caso, este carácter se empezó a forjar desde muy joven. Con apenas dos años de vida sufrió un gravísimo accidente de tráfico contra un camión que no le sesgó la vida de milagro, pero le dejó marcado para siempre. Recibió más de cien puntos de sutura en el rostro que han derivado en dos grandes cicatrices en la parte izquierda de su cara. Todo lo que sufrió de pequeño con esas marcas forjó el carácter del que hoy en día hace gala.
Pero las bromas y las burlas que ha tenido que sufrir no acabaron con su adolescencia y su ascenso al estrellato del fútbol mundial, Ribéry ha tenido que escuchar algún comentario de pésimo gusto en las últimas horas, como el de Elena Valenciano, vicesecretaria del PSOE y mano derecha de Rubalcaba, que comentó en Twitter no haber visto a nadie más «feo» en su vida. Valenciano rectificó tras la gran cantidad de críticas que recibió instantes después de su metedura de pata. Impone Ribéry a los rivales con ese aspecto de chico malo, pero también lo hace cuando entra en contacto con el balón. Una combinación explosiva. Aunque los que le conocen aseguran que es muy afable y que tiene un extraordinario sentido del humor, una descripción totalmente opuesta a la primera impresión que da.
Ribéry es un extraordinario atacante de banda. Es diestro, aunque no es extraño verle completar obras maestras con la izquierda. De hecho, le gusta jugar a pierna cambiada para tener más recursos. Pero desde su llegada al club alemán, el galo ha sufrido muchas lesiones que le han impedido alcanzar la regularidad soñada. No ha sufrido ningún percance de extrema gravedad, una lesión de tobillo le tuvo más de dos meses sin jugar, pero numerosos problemas musculares han empañado en cierta manera su trayectoria en el Allianz Arena, donde es todo un ídolo. El extremo francés dio carpetazo el sábado a una temporada aciaga. Con Francia alcanzó el objetivo mínimo de llegar a cuartos de final de la Eurocopa, pero la manera de perder contra España, siendo tan inferiores, no deja buen sabor de boca a ningún «bleu». Tampoco ha sido un año lleno de triunfos con el Bayern. El Dortmund le ha vuelto a arrebatar la supremacía del fútbol germano al vecino rico y, en Europa, se esfumó de la manera más cruel posible el sueño de convertirse en el primero en ganar la Liga de Campeones en casa. El Chelsea, en una dramática tanda de penaltis, dejó a los alemanes con un palmo de narices. Ribéry no pudo ayudar a los suyos desde los once metros ya que Heynckes le sustituyó en la prórroga.
Sin duda, las vacaciones que ya ha empezado le sentarán muy bien a Ribéry de cara a la próxima temporada. Con Francia, se volverá a ver las caras con España en la fase de clasificación para el Mundial de Brasil 2014. El equipo de Laurent Blanc deberá replantearse muchas cosas ya que la derrota del sábado se ha encajado con resignación en la Prensa gala. «Amarga derrota, los franceses nunca estuvieron a la altura y no preocuparon nunca a los campeones del mundo», destacaba «Le Parisien». «Los "bleus"no inyectaron ni la locura ni la calidad necesaria a su juego como para perturbar a España», subrayó «L'Equipe». En general, se observó una mezcla de conformismo y de crítica hacia el seleccionador, que renunció a su estilo para intentar interrumpir el juego español.
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