Manila

Tamara Falcó y su inoportuna entrevista por Miguel Temprano

La Razón
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Tamara, aquella tarde del 1 de mayo, yo era el único fotógrafo-periodista que estaba en la calle Arga nº 1. Arranqué mi coche al verte salir arreglada y muy bien peinada. Mi informador no se había equivocado: salías de una fiesta infantil con rumbo desconocido. A la media hora de perseguirte, llegamos a una casa de Pozuelo con un gran portón y una cuesta muy inclinada, que no me dejaban intuir lo que allí dentro iba a ocurrir. Esperé durante casi quince minutos hasta que el escolta de «tío Miguel» salió de la casa en el Volvo del ex ministro a toda velocidad.

Me pegué a él y cuál fue mi sorpresa al ver que éste se colocaba a un lado de la carretera y me invitaba a bajar la ventanilla de mi coche al mismo tiempo que me decía: «No me sigas, la niña se ha quedado en la casa y la señora (por Isabel) me ha dicho que te dejemos entrar a hacer las fotos que necesites». Tu madre, Isabel Preysler, al informarse de cuántos fotógrafos te habían seguido hasta la fiesta y ver que era 1 de mayo, día del trabajador, decidió premiar al único que sacrificó su día festivo en pro de encontrar una buena exclusiva. Confirmó mi identidad y me autorizó a entrar en tu fiesta. Aquella tarde hicimos tu primera entrevista. Era otra época, en la que se trabajaba mucho y muy bien recompensado por las revistas del corazón. Días más tarde, me encontré con un buen amigo en una fiesta en Joy Eslava, ahora convaleciente de una operación a corazón abierto. Era Julito Ayesa, quien me explicó: «Isabel nunca olvida un detalle de buena educación. Recordó que fuiste tú el fotógrafo que recogió su mantón de Manila en la entrada del Palacete de Santo Mauro y se lo colocó sobre su espalda mientras le dabas las buenas noches y renunciabas a la exclusiva de cómo ella o el escolta se agachaban a recogerlo».

Sí, Tamara, tu madre premió mi educación y unió nuestras vidas profesionales para siempre. Desde entonces, ha llovido mucho y has volado muy alto. Pero ten cuidado porque, como dice la canción de La Unión: «Cuanto más alto, más dura será la caída y nadie te recogerá».

Te explico, mientras ha estado «tío Miguel» ingresado, no has parado de rentabilizar tu imagen de marca y de hablar de su recuperación o de: «Mamá está muy liada haciendo papeleos». Pensé en lo peor cuando te escuché en todos los programas de corazón. A «tío Miguel» nunca le ha gustado este mundo y en muy contadas ocasiones ha posado con tu madre. Pero lo de esta semana raya el «oportunismo». Todos hemos silenciado la «patética salida del hospital» puñetazo al fotógrafo de «¡HOLA!» incluido–. Hay quienes dicen que parecía un vegetal; otros, un niño asustado. Y tú, en rigurosa exclusiva, nos cuentas que «a ‘tío Miguel' le admiro más que nunca, porque está poniendo todo de su parte para recuperarse. Es un trabajo tremendamente duro. Es un luchador nato, estoy segura de que lo conseguirá». Y tú, ¿cuánto has conseguido con las seis páginas con sus seis cambios de ropa incluidos? ¿Ha sido un poco inoportuno? Poderoso caballero es don dinero.

 

Así se perpetró
Revista: «¡Hola!» .
Fecha: 9/05/2012 .
Titular: «Tamara Falcó, como una princesa en su palacio».
Al descubierto: entrevista oportunista.
Quién se lo lleva: la hija de Isabel Preysler.
Quién pierde: Miguel Boyer, del que sacan partido económico hablando de su recuperación tras sufrir un derrame cerebral.