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Menos emisiones en el nuevo Canal de Panamá

La expansión de esta vía de navegación comercial permitirá reducir el impacto ambiental del transporte marítimo al admitir el paso de barcos con mayor tamaño y capacidad. Los buques podrán tener 71 metros más de largo y casi 17 más de ancho 

Menos emisiones en el nuevo Canal de Panamá
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Más de un millón de toneladas de carbón, cereales, minerales y fertilizantes transcurren cada año por el Canal de Panamá. Desde su inauguración en 1914, esta vía de navegación comercial entre el Atlántico y el Pacífico se ha convertido en una de las más transitadas, ya que permite acortar tiempo y distancia entre los dos océanos. Pero con el tiempo, se ha ido quedando pequeña. Su ampliación hoy resulta esencial y no sólo desde el punto de vista económico. La expansión de esta vía reducirá la huella ambiental de la industria marítima, según concluye un estudio publicado en «International Journal of Maritime Engineering», al eliminar la restricción que impedía hasta la fecha la entrada de barcos de más de 32,2 metros de ancho. De modo que en 2014, una vez que finalicen las obras, los navíos podrán tener 71 metros más de largo, casi 17 más de largo y 3,2 más de calado.
Paul Stott, profesor de la Escuela de Ciencias y Tecnologías Marinas de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, y uno de los coautores del informe, explica a este semanario por qué su ampliación es positiva para el medio ambiente: «La expansión del canal en sí misma no generará ningún plus comercial adicional, ya que España no va a comprar más televisores de China porque la ruta haya sido modificada, por ejemplo. Lo que hará será cambiar la estructura actual del comercio permitiendo que más barcos y buques de mayor tamaño tomen la ruta más corta al poder pasar por el canal». Y por ende barcos con más con más carga, «algo clave cuando ya en el año 2010 hubo 12.591 tránsitos por el Canal de Panamá y 204,8 millones de toneladas de carga».
Económicamente, además, será bueno para la economía del país. El trajín de barcos y cargas antes citadas «contribuyó con 1.500 millones de dólares (unos 1.141 millones de euros) a la economía de Panamá en 2010. Y la Autoridad del Canal estima que su ampliación permitirá aumentar los ingresos a 6.000 millones de dólares (unos 4.565 millones de euros) en 2025», añade Stott. «El motivo –prosigue el experto–, los peajes por carga. En 2005 hubo 98 millones de toneladas de carga en el Canal de Panamá, y su expansión se estima que permitirá llegar a las 1.250 millones de toneladas de carga entre 2014 y 2025».
El estudio, «financiado en su totalidad –según Stott– por la Escuela de Ciencias y Tecnologías Marinas de la Universidad de Newcastle», concluye también que es una gran oportunidad para implementar algunos cambios positivos como el diseño de cascos de barco más eficientes.

Ahorro en combustible
Los ahorros potenciales de fuel por admitir barcos con mayor carga son sustanciales. Los barcos podrán «tener 19 filas de contenedores, en vez de las 13 actuales», según los datos facilitados por Sacyr Vallehermoso, responsable de la ampliación, y el peso podrá superar el límite actual: 85.000 toneladas, llegando a poder salvar hasta un 16 por ciento de combustible por tonelada y milla. Con la consiguiente reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Si bien, sobre cuánto podrán reducirse las emisiones mundiales marítimas, Stott explica que están precisamente «estudiando esto. En breve, esperamos publicar este segundo estudio. Los beneficios por la optimización de la forma del casco, por ejemplo, es mayor que el 5,5 por ciento que hemos estimado se puede lograr en el sector de los barcos graneleros. Otro factor significativo puede venir de la modificación de la logística de las operaciones».
De este modo, el diseño del cascos y la optimización juegan un papel clave en la reducción de emisiones mundiales. «Creemos que los ahorros pueden ser similares al de tecnologías de ahorro combustible –entre un dos y un tres por ciento–, pero esto es sólo una conjetura en la actualidad, no la respuesta. Aunque pensamos que, junto con otros desarrollos tecnológicos, puede generar una diferencia significativa a la reducción de carbono en el transporte marítimo. Algo que resulta esencial, ya que, según el informe de la Organización Marítima Internacional (OMI) sobre gases de efecto invernadero del sector, «la industria marítima emitió en 2007, 870 millones de toneladas de CO2 ». Es decir, «es responsable del 2,7 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 que hubo en 2007». Y es que, aunque el transporte marítimo sea uno de los modos de transporte menos contaminante en lo que a CO2 se refiere, cualquier medida que mejore su huella ambiental, así como un menor consumo de carburante, resulta esencial. De lo contrario, podrá a llegar a suponer entre un 12 y un 18 por ciento de las emisiones mundiales en 2050.