Castilla-La Mancha

El PP cree que Moncloa quiere dejarle blindado el futuro de ETA

El PP baraja distintos escenarios sobre el futuro de ETA bajo la sensación de que el Gobierno trabaja para dejarle también en herencia una «patata caliente» en materia de lucha antiterrorista. En público guardan silencio, pero en privado los populares sí hacen cábalas sobre lo que van a recibir y cómo lo van a gestionar.

La Razón
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El problema no vendría ya tanto del hecho de que la banda anulase su alto el fuego, sino de que el Ejecutivo –sostienen en Génova– consiguiese blindar los acuerdos ligados a la tregua con decisiones políticas y jurídicas de difícil marcha atrás. El PP dice que le consta que el PSOE está utilizando todos los recursos a su alcance para intentar que ETA haga un gesto de manera inmediata. LA RAZÓN ya informó el pasado lunes de los movimientos del PSOE y del PNV para amarrar un comunicado etarra antes de final de mes. Sus razones de fondo son distintas, pero los dos partidos necesitan que ETA mueva ficha.

El gesto de la banda que busca el Gobierno podría tener mayor o menor alcance, pero serviría para un mismo objetivo: apuntarse el tanto de la «apariencia» de paz y justificar, asimismo, la adopción de nuevas medidas que ayuden a que el proceso siga avanzando.

De ganar las elecciones, Rajoy se encontraría así ante un escenario muy difícil de administrar. Un gobierno del PP no puede asumir sin más la política de hechos consumados –Bildu en las instituciones, movimientos de presos etarras...–, salvo que ETA entregase las armas y anunciase su disolución. Y ni siquiera en el Gobierno esperan que el gesto terrorista llegue a tanto. Pero, por otro lado, si ETA mueve ficha, aunque sea una vez más estratégicamente para seguir avanzando en la consecución de su agenda política, el líder del PP lo tendría muy complicado para desmantelar lo que ante la ciudadanía se presenta bajo el espejismo de la paz.

El PP cree que como instrumento de presión sobre ETA el Gobierno está utilizando, a través de los canales establecidos, el conocido argumento de que viene el «coco». Es decir, el de plantearles que o hacen algo ahora o vendrá un gobierno del PP y «volverán los tiempos de plomo». Esa estrategia ya la han utilizado con Bildu para convencerles de que el Gobierno de los populares les ilegalizará en cuanto se ponga a trabajar.

La dirección popular, sigue convencida de que ETA es ETA –como explicaba este domingo la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general, María Dolores de Cospedal, en una entrevista con este diario–, y que todo lo que sigue haciendo ETA forma parte de su estrategia para ir dando pasos adelante en el camino que lleva a ejecutar sus objetivos políticos: autodeterminación y anexión de Navarra. Por eso su respuesta formal al ruido que llega de la banda sigue siendo la misma: «No» a la negociación y exigencia de que ETA entregue las armas y anuncie su disolución definitiva. Esto explica la intención de incluir en el programa de las próximas elecciones generales un capítulo dedicado a la lucha antiterrorista en el que además del compromiso de expulsar a Bildu de las instituciones también habrá otras propuestas dirigidas a reactivar, fortaleciéndolo, el cerco al entramado político de la banda. Estas intenciones sólo cambiarían en el caso de que ETA anunciase su fin, supuesto que no se prevé en medio de la lucha antiterrorista y con el que el PP tampoco cuenta a día de hoy.