Londres

EL ANÁLISIS: Medidas suficientes

 
 larazon

- ¿Son suficientes las medidas anunciadas por el Gobierno de David Cameron para restaurar el orden en las calles de las ciudades británicas?
–La respuesta de Downing Street, al poner a 16.000 policías en la calle –cuando normalmente son 2.000 los que patrullan–, parece que ha funcionado. Curiosamente, incluso en las calles vacías, los saqueos del lunes por la noche no parecen más que una lejana pesadilla. Por supuesto que el saqueo por imitación se ha extendido a otras ciudades, pero, tras la experiencia de Londres, cada fuerza policial del país estaba esperando algo parecido. Ayer Cameron seguía debatiéndose sobre los medios que podrá usar la Policía: porras, balas de goma o cañones de agua. Y en este aspecto demuestra que no conecta con el londinense medio, que muestra más decisión y –organizado a través de las mismas redes sociales que los vándalos– ha salido, por miles, armado sólo con escobas para limpiar esas peligrosas calles. A pesar de que la mayoría de nosotros no habíamos nacido entonces, vemos y escuchamos en esta iniciativa ecos del «espítitu del Blitz», cuando en 1940 los londinenses comunes combatieron las bombas de Hitler con tazas de té y, sí, escobas con las que limpiar el desbarajuste. Ayer, la famosa reticencia británica había desaparecido: hablábamos unos con otros en la calle y en el metro. Esas conversaciones abarcan indignación –¿dónde estaba la Policía cuando la necesitábamos?–, historias personales –amigos atracados en sus propias casas– y vergüenza porque algo como esto pueda suceder en Londres, una de las mayores mezclas culturales del mundo. El orgullo que todos nosotros tenemos respecto a la historia, cultura y diversidad de esta ciudad ha recibido una profunda herida.

- ¿Puede ser éste un momento decisivo para el Gobierno de David Cameron?
–Es la pregunta que se hacen muchos en Reino Unido. Las calles todavía huelen a humo y puede ser demasiado pronto para analizar las razones por las que una empobrecida juventud se lanzó a arrasarlo todo. Los políticos nos convencerán de que era simplemente avaricia. «Lucha por una causa, no por televisiones y zapatillas», gritaba una señora negra en Hackney. Aquí, banqueros de la City viven puerta con puerta con jóvenes cuyas familias dependen de 50 euros de ayuda social y que nunca han tenido un empleo. Los fondos para el centro juvenil local han sido recortados, pero no se trata de eso, ni de las relaciones con la Policía o de la falta de oportunidades. «Lo hicieron para demostrar que todo les importa una mierda y que no se van a ir de aquí», como decía un vecino.

- ¿Fue la intervención policial demasiado lenta o demasiado inocente?
–La Policía Metropolitana ha intentado durante los últimos 180 años desarrollar buenas relaciones con las diversas comunidades de las que son responsables y por eso nunca ha aceptado el uso de material antidisturbios, cañones de agua y gases lacrimógenos. Eso fue así hasta una noche de octubre de 1985, cuando un policía fue asesinado casi al lado de donde comenzaron los altercados el pasado sábado. Desde entonces, la política de vecindad y las relaciones con la comunidad han sido la orden del día. ¿Es por esto –se preguntan muchos londinenses– por lo que la Policía se ha contenido mientras partes de Londres eran saqueadas? ¿Era su fuerza demasiado escasa o estaba demasiado preocupada por su imagen?
«Mi hijo tiene 12 años y ya sabe que la Policía no trabaja para los negros», dice un residente en Hackney. No es un gran mensaje de alguien que vive a pocos kilómetros del nuevo estadio olímpico, pero puede ser una de las razones por las que muchos de los saqueadores de estas pasadas noches –de cualquier raza– tienen menos de 15 años.