Teatro

Estreno teatral

Y Beckett se hizo mujer

Isabel Ordaz protagoniza «Los días felices» en el Canal

Isabel Ordaz sufre la inmovilidad en escena
Isabel Ordaz sufre la inmovilidad en escenalarazon

Para muchos Beckett empieza y termina en «Esperando a Godot», pero hay otras piezas deslumbrantes, como aquella en su corpus dramático. «Final de partida», sin ir más lejos, o «Los días felices», que ahora llega a Madrid. Como Godot la protagonista, Winnie, espera, pero no sabemos a qué. También desconocemos por qué o cómo una mujer, inmovilizada, ya que está enterrada hasta la cintura, se levanta cada día confiada en que será una jornada especial. ¿Podría ser una buena filosofía para estos tiempos que corren? Preguntamos a Isabel Ordaz que sufre el estatismo del personaje ahora: «La épica del optimismo es la del superviviente. En principio es positivo, aunque también puede ser discutida. La esperanza nunca es mala. Si nos buscáramos un poco más dentro y dejáramos los anhelos materiales, quizá nos iría mejor. Así es Winnie, que no se preocupa de lo material, lo cual tiene algo de suicida. La condición humana es compleja, pero debemos tener fe en que vamos a sobreponernos a nosotros mismos más allá de los políticos», señala la actriz.


Impronta poética
El tono de Ordaz resuena en nuestros oídos con el eco de tantos personajes un tanto excéntricos, como «La Hierbas» de «Aquí no hay quien viva», por el que aún es popular. Ella, en vez de extravagancia, prefiere decir que es capaz de «dotar a unos personajes de una impronta con cierta poética». Le tenía ganas a Beckett, un autor en el que ha visto «un gran humanismo». El reto no es menor porque todo el oficio de actor, ante la falta de movimiento debe concentrarse en la palabra y la expresión facial. «Hice una película con Rafael Gordon sobre Teresa de Jesús en el que me pasaba el metraje entero en una silla pero el cine y el teatro son cosas distintas. La escena te produce una cierta inseguridad porque es un espacio mucho más grande y quieres llegar a todos los espectadores». En el primer acto, a pesar del estatismo, se muestra de cintura para arriba, así que aún puede emplear gestos, brazos... En el segundo, ya enterrada hasta el cuello, «directamente todo es palabra y la emoción –continúa la intérprete–. Beckett, más allá de permitirnos entender su texto o no, pretende un viaje emocional», concluye Ordaz, que está dirigida esta vez por Salva Bolta, habitual colaborador de Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional.



- dónde: Teatro del Canal. Madrid
- cúando: Hasta el 23 de enero.
- cúanto: De 8 a 13 euros.
Teléfono: 913 089 999.