Barcelona

El límite a 80 llega a su fin aunque no desaparece del todo

Tres años después de su implantación, la limitación de la velocidad a 80 por hora en los accesos a Barcelona, nacida en medio de una gran controversia, ha llegado a su fin de la mano del gobierno de CiU, aunque no desaparece del todo, ya que se mantendrá en tramos que suman unos 25 kilómetros.

El conseller de Interior, Felip Puig, ha anunciado hoy que en marzo habrá desaparecido la limitación a 80 -una promesa electoral de CiU-, aunque no obstante esta velocidad seguirá siendo el máximo permitido en los tramos más próximos a Barcelona -que suman 25 kilómetros-, por razones de adecuación y transición entre la zona urbana y la interurbana.

La limitación a 80, vigente con carácter sancionador desde el 1 de enero de 2008 en la primera corona de Barcelona, ha obligado a levantar el pie del acelerador en unos 80 kilómetros de carretera repartidos por diversos tramos de las vías rápidas que discurren por dieciséis municipios de la primera corona de Barcelona y por los que circulan a diario alrededor de un millón de vehículos.

Esta medida, pionera en España, fue implantada por el tripartito dentro de un Plan de Actuación para la mejora de la calidad del aire, aunque a la postre se ha demostrado más efectiva a la hora de reducir la mortalidad, que en los tramos afectados por esta limitación de la velocidad ha bajado en un 66% en tres años.

La "zona 80"ha englobado varios tramos de vía de los municipios de Barcelona, Badalona, L'Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet, Castelldefels, Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Gavà, Molins de Rei, El Prat de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Vicenç dels Horts y Viladecans.

Además, desde el 15 de enero de 2009, la "zona 80"se ha complementado con el modelo de gestión del tráfico de "velocidad variable", aplicado en la llegada a Barcelona por la autovía de Castelldefels (C-31) y la autopista del Garraf (C-32), donde la velocidad fluctúa entre los 80 y los 40 en función de las condiciones climáticas, de tráfico y de contaminación.

Puig ha anunciado hoy que en los tramos de "velocidad variable"que rige en la C-31 y la C-32 se podrá volver a circular a 120 o 100 por hora, en función del punto concreto, y se ha comprometido a extender a lo largo de la legislatura este modelo de control dinámico a todas las entradas a Barcelona, como pretendía el tripartito.

Esta limitación de la velocidad siempre ha sido objeto de controversia política, lo que llevó a Artur Mas, cuando aún era líder de la oposición, a prometer que si ganaba las elecciones una de sus primeras medidas sería derogar la "zona 80"y aplicar la "velocidad variable"al alza.

CiU ha mantenido en todo el proceso una posición muy parecida a la del RACC, que siempre ha criticado la "zona 80"y ha defendido que el modelo de "velocidad variable", que ha elogiado públicamente, se aplique al alza, especialmente de noche.

Tampoco en el tripartito la medida -impulsada por las consejerías de ICV-, logró un gran consenso, puesto que el entonces conseller de Política Territorial Joaquim Nadal (PSC) se alineó con el RACC y abogó por modificar el límite al alza por la noche, como también hicieron muchos alcaldes socialistas.

Incluso el ecosocialista ex conseller de Interior Joan Saura llegó a admitir en julio de 2009 que estaban dispuestos a aumentar el límite de velocidad permitido, siempre que antes disminuyera la contaminación y se situara por debajo de los parámetros fijados por la Unión Europea, lo que ahora no ocurre.