El 15-M acoge a dos ancianas en su hotel «okupa»

MADRID- Los «okupas» del Hotel Madrid cuentan desde ayer con nuevos vecinos. Los miembros del movimiento 15-M, instalados de manera ilegal en el edificio desde la noche del pasado 15 de octubre, acogieron ayer a una nueva inquilina, una anciana de 75 años que residía en Carabanchel pero que se quedó en la calle la semana pasada tras sufrir un deshaucio. Tras ella se instalaron en el hotel, sin el beneplácito de los dueños del inmueble, varias personas más en la misma situación entre las que se encuentran otra señora mayor y varias parejas. Los miembros del colectivo 15-M que se ocupan del Hotel Madrid prevén de hecho que, de la mano de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, entren a vivir en la casa «okupa» 16 familias más.
Llenar las habitaciones del hotel abandonado fue una de las primeras cosas que los «okupas» se plantearon tras tomar el edificio por la fuerza. Propusieron destinar sus instalaciones –con luz pero sin agua corriente– a personas afectadas por procesos de desahucio y ratificaron esta decisión en asamblea 10 días después de su entrada, a pesar de que el 17 de octubre el grupo inmobiliario Monteverde, propietario del edificio, había denunciado su allanamiento.
Por el momento, los nuevos residentes del hotel han colgado el cartel de «habitación ocupada» en varias dependencias de la tercera planta. Hoy, en asamblea, los «indignados» informarán sobre el número exacto de nuevos residentes del hotel y se plantearán abrir otras dos plantas –la cuarta y la quinta– a personas que no tienen dónde dormir.
 Además del realojo de desahuciados, quieren crear en el Hotel Madrid un nuevo nido del movimiento con un centro de información jurídica y práctica para futuras «okupaciones» y desarrollar espacios «donde se aprenda de manera no autoritaria ni jerarquizada, libre de cualquier dogma o voluntad sectaria y al margen de la razón utilitarista», informaron a Ep fuentes del movimiento 15-M.

Aranjuez, el otro punto caliente
En Aranjuez, catorce familias ocuparon ayer un edificio en construcción, en el número 9 de la calle Santiago. Según fuentes municipales, se trata de familias de etnia gitana que se encontraban, de manera ilegal, en un edificio en estado de ruina en la zona conocida como el Raso de la Estrella y que, ante el peligro de derrumbe, fueron desalojadas.Junto con éstas, según las mismas fuentes, hay otras familias que no están empadronadas que también se han instalado en el edificio y personas que poseen viviendas de titularidad pública. Desde el Ayuntamiento aseguraron a Efe que los propietarios de las viviendas interpondrán la correspondiente denuncia en los próximos días.Las familias «okupas», con muchos miembros menores de edad, exigen una casa digna donde vivir y aseguran que «si les echan de esa casa se irán a otra».