Presidencia del Gobierno
La música suena bien
Acabó ayer la esperada reunión Rajoy-Rubalcaba con una intervención constructiva del segundo que, si no fuese por los entornos a veces ruidosos, podría llevarnos a imaginar un escenario necesario de posibles acuerdos. Hay que reconocer que Rubalcaba tiene fama de político experto en entramados, pero también que es hombre con reconocido sentido del Estado. Lo cual es bueno, evidentemente, sobre todo a la hora de buscar encuentros básicos para lograr que el país no se autodestruya en luchas partidarias.
El margen para el entendimiento entre PP y PSOE es grande y debe recorrerse. Es verdad que Rajoy ganó por mayoría absoluta, pero eso no debe impedir un diálogo amplio y sincero con el principal partido de la oposición cara a lograr coincidencias que vayan más allá de la mera gobernanza puntual de cada uno de ellos.
Puede haber ámbitos en los que sea imposible el pacto, y eso es lógico. En ese caso el Gobierno debe gobernar, pero no estará de más que se haga un esfuerzo por limitar esos espacios a los estrictamente necesarios. Mientras más acuerdos entre los dos grandes partidos se logren, mejor para España. Aunque el pacto en sí mismo no es milagroso. A veces no sirve de nada.
La realidad es que las reformas hay que hacerlas porque no queda otra y la mayoría de los ciudadanos las entienden como imprescindibles. Particularmente dura aunque acertada parece la financiera, y es bueno que el PSOE la apoye. Pero no es menos relevante la laboral. Desgraciadamente aquí es donde se va a librar la gran batalla del PSOE con el Gobierno, con los sindicatos de por medio. La responsabilidad debe llevar a unos y otros a encontrar espacios intermedios. Fue Rubalcaba quien puso en marcha con Zapatero el despido con 20 días de indemnización. Si antes hizo eso ahora bien puede llegar a un acuerdo con el PP.
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