Ministerio de Fomento

El trasvase del Júcar listo para llevar agua y sin usuarios

Invertir en una obra 320 millones para llevar hasta 80 hectómetros cúbicos al año de agua al sur de Alicante y que, a dos semanas de que ésta pudiese entrar técnicamente en funcionamiento, todavía no se sepa quién y a qué precio recibirá ese agua, se escapa de la lógica. Sin embargo, es una situación a la que deberá enfrentarse el Ministerio de Medio Ambiente más tarde o más temprano.

El trasvase está acabado y en pruebas
El trasvase está acabado y en pruebaslarazon

El trasvase Júcar- Vinalopó está finalizado, en fase de pruebas y la Generalitat está a punto de concluir las obras del postrasvase- que es la infraestructura que permite distribuir el agua entre los usuarios. Fuentes próximas al proyecto, confirmaron que antes de que finalizase este mes, el Vinalopó podría estar recibiendo agua del Júcar, pero no será así.

Para intentar entender la atropellada historia que ha experimentado esta infraestructura, hay que remontarse a la primera legislatura de Rodríguez Zapatero. La entonces consellera de Medio Ambiente, Cristina Narbona, decidió retrasar el punto del toma a la desembocadura del Júcar, al azud de La Marquesa. Paralizó parte de las obras y modificó el trazado. Era una manera de contentar a los grupos ecologistas y a los regantes del Júcar- enfadados porque se derogaba el trasvase del Ebro y no el que les afectaba a ellos-, pero encontró el rechazo de los usuarios potenciales, la Junta de Usuarios del Vinalopó.

Los alicantinos aseguran que el agua que ahora se les quiere dar no tiene suficiente calidad, que pone en peligro sus cultivos, y lo que es peor, a estas alturas, según explicó el presidente de la Junta, Andrés Martínez, no saben cuánto tendrían que pagar por ella.

El resultado de todo este embrollo es que los usuarios del Vinalopó no aceptan este agua y que seguirán utilizado la de los acuíferos- ya sobreexplotados- porque aseguran que es de mayor calidad, y lo que es igual de importante, más barata.

El Ministerio de Medio Ambiente poco aclara al respecto. Acuajúcar, empresa pública encargada de realizar las obras ahora absorbida por Acuamed, calla. Acuamed alega que suscribió un convenio con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que la convierte en «usuario único» y por tanto, en el responsable de las negociaciones. La CHJ no responde y los usuarios ante el silencio de todos los organismos oficiales implicados contestan. «La situación es surrealista. Hemos presentado cerca de cien escritos explicando nuestra postura y en la última reunión (el octubre de 2010) aún nos preguntaron qué pensábamos del cambio de toma», aseguró Martínez. «Estamos en un callejón sin salida».


Y Xúquer Viu en alerta
La asociación ecologista Xúquer Viu se mantiene en guardia. Uno de sus portavoces, Paco Sanz, recordó que ya han impuesto una queja ante la Unión Europea para denunciar que no se están cumpliendo las condiciones que se impusieron como receptores de subvenciones.

Insisten en que el trasvase tiene como objetivo recuperar los acuíferos del Vinalopó, y por tanto, no se puede destinar agua a consumo humano para «hacer negocios». También recurrirán si el trasvase se pone en marcha sin que se hayan fijado los caudales mínimos del río.